700 efectivos policiales despidieron al Papa, en Tababela

Quito. Al mediodía de este miércoles 8 de julio, el Papa Francisco llegó al aeropuerto internacional Mariscal Sucre para trasladarse a Bolivia, país donde continuará su visita Papal por Latinoamérica. Cerca de 700 miembros de la Institución policial se desplegaron por el aeropuerto para brindar seguridad al Sumo Pontífice y a los feligreses que se congregaron en los exteriores para despedirlo.
Desde tempranas horas de la mañana, los gendarmes colocaron vallas por la vía Tumbaco-Aeropuerto, por donde pasaría la caravana Papal. Ivonne Daza, comandante del operativo, señaló que tanto a la llegada como a la salida del Sumo Pontífice, no se registró mayor percance.
Historias tras la visita del Papa
No hay palabras. Con ocho meses dentro de la unidad, tener el privilegio de escoltar al Papa Francisco, es indescriptible para Edwin Guatumillo, sargento segundo del Grupo de Operaciones Motorizadas (GOM). Edwin comentó que ser uno de los seleccionados para esta tarea importante significó un gran orgullo. Su emoción es inevitable luego del deber cumplido, así que el cansancio recién se denota.
Él no consiguió tomarse una fotografía con el Papa, pero sí recibió la bendición y también, de manos del Papa, obtuvo un llavero y un rosario bendecido. Cuidadosamente saca los objetos de su bolsillo y los muestra. Tener eso es un privilegio, algo único y que pocas personas que estuvieron cerca del Papa lograron obtener.
Edwin indicó que fue una sorpresa saber que escoltaría al Papa, por su importancia y más aún por ser uno de los pocos que tendrían esta oportunidad pese a haber otros compañeros con más años de experiencia dentro de la unidad.
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La vida del Santo Padre fue su responsabilidad
Darío Realpe fue el capitán del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), ‘a cargo’ de la vida del Papa Francisco. La unidad táctica estuvo encargada del aseguramiento de los sitios donde el Sumo Pontífice estaría y compartiría con los feligreses.
Para Darío, esta tarea fue su gran responsabilidad y a la par, un privilegio que no sabe cómo expresarlo en palabras. Él es católico, y la emoción de poder estar a un metro del representante de la iglesia Católica, fue única.
Antes de que el Santo Padre saliera de la Nunciatura y recorriera la ciudad, el parque Bicentenario, etc, él y su escuadrón ponían en práctica los conocimientos y años de experiencia para asegurarse de que ningún dispositivo explosivo se encontraba en el lugar.
Darío también logró recibir la bendición del Papa, junto a sus compañeros y demás gendarmes que presenciaron, en primera fila, su presencia. Redacción A. V. /Quito.
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