Perros antinarcóticos en la lucha contra las drogas

´Bruno´ es un perro dócil y juguetón, sin embargo, se ha convertido en el terror de los narcotraficantes porque a la hora de trabajar, no se le escapa ni un gramo de alcaloide. Este pastor alemán lleva 7 años prestando sus servicios como policía en el Puerto Marítimo de Guayaquil. Su mayor logro es haber olfateado en un solo cargamento 4 toneladas de droga. Bruno tiene 36 compañeros de 4 patas que viven junto a él en el Centro de Adiestramiento Canino, creado hace 20 años.
El jefe de la Unidad Antinarcóticos del Puerto Marítimo de Guayaquil, Wellington Granda, afirmó que la labor de este can es muy reconocida por todo el departamento de Antinarcóticos. Saben que si bien su esfuerzo humano es importante, el accionar de los perros es indispensable para realizar controles efectivos.
La mayor parte de su tiempo, Bruno la pasa con su guía de operaciones y entrenador, el cabo segundo de Policía Wilson Cadena. Este no sólo confía en su instinto, sino que siente que es su fiel amigo. El can llegó a la institución a la edad de 1 año gracias a la donación de un país amigo, se adaptó a la ciudad sin problemas, pasó con éxito todas las pruebas.
Cadena recuerda que estaba realizando su curso de guía canino cuando se lo asignaron y desde entonces han sido inseparables. «Aprendí a conocerlo y convivir con él, hemos formado una buena dupla. Bruno ha dado excelentes resultados en la lucha antidrogas”, comenta orgulloso.
Su tutor dice que se cuidan mutuamente. «Yo lo baño, lo peino y me preocupo de que tenga una dieta balanceada. Se recrea con paseo todos los días durante una hora y luego entrena hasta que su presencia sea requerida en un nuevo operativo, por supuesto también tiene tiempo para descansar», agregó.
Bruno pasa sus días tranquilo, sabiendo que cuando se jubile tendrá un hogar donde permanecer y ser querido. Cadena se ha comprometido a llevarlo a vivir con su familia, la cual la espera ansiosamente, saben de sus aventuras y de lo mucho que quiere a quien lo trata como su amo.
El teniente coronel Jonny Mora, jefe de operaciones de la Zona 8, relata que es importante crear ese vínculo mascota – humano. Esta autoridad posee basto conocimiento sobre el tema pues también ha compartido mucho tiempo con los perros policías, “La relación simbiótica que se crea entre el guía y el perro permite que cada movimiento sea un lenguaje entre ellos y el éxito en las revisiones se da justamente por dicha interpretación”, manifestó.
Selección
Se hace a base de 4 impulsos bien desarrollados: cazar, recompensa, olfatear y la presa. Los perros de caza suelen tener desarrollado el olfato 10 veces más que la mayoría de los canes.
Entrenamiento
Es recomendable que el entrenamiento del perro inicie a partir de los 11 meses de edad, cuando su contextura ósea, su musculatura y su temperamento están listos para el trabajo. Por un lapso de 6 meses aprenden mediante el método de asociación, el entrenamiento en detección de drogas, a través del juego y la asociación de olores.
Contrario a lo q se piensa, este contacto no los vuelve adictos al alcaloide, como falsamente se cree por desconocimiento. Las razas que más se dedican a estas tareas son el labrador, el pastor alemán, pastor belga y pastor holandés, sin embargo se ha comprobado que otras razas también han dado muy buenos resultados.
Pruebas
Cada año se realizan pruebas de certificación para determinar en que estado se mantienen los canes, si es que todavía mantienen sus impulsos, si su contextura ósea está en buen estado, etc. La edad promedio de un perro en servicio activo va de 8 a 10 años. Cumplido su tiempo de servicio, se le da la baja y pasa a una vida más tranquila.
Reacción
Los perros tienen dos formas de reaccionar ante la presencia de droga, de acuerdo a sus caracteres. Si es un can pasivo, se sienta frente al sitio exacto donde se encuentra la carga sospechosa. Si es un perro activo, entonces rasga la carga.
Los canes prestan servicio en todo el país especialmente en los puertos y aeropuertos.