Policía y estudiantes del GAR agasajaron a niñas y niños en El Panecillo
Quito.- Los consejos de Paquito, la música de la Banda de Música de la Policía Nacional, las piruetas de los perros del Centro de Adiestramiento Canino (Crac) y miles de cometas volando alegraron, la mañana del jueves 14 de agosto, a cerca de 1.000 niños y niñas que acudieron hasta El Panecillo. Allí la Policía Nacional, a través de la Policía Comunitaria, y los jóvenes del Grupo de Alto Rendimiento (GAR) organizaron un concurso de cometas.
El evento se inició a las 09h00 y se extendió hasta aproximadamente las 13h00. Los pequeños y sus padres elaboraron cometas y las pusieron a volar, desde el lado sur de la Loma de El Panecillo. En el cielo se vio a centenares de cometas de colores volando. Además, se sentía la alegría de los pequeños.
Y es que, en el sitio, también hubo caritas pintadas y la entrega de un refrigerio para los menores de edad que asistieron. A Mateo, uno de los niños, lo que más le gustó fue la presentación de los canes del Crac. Con insistencia llamaba al pastor ovejero Peluchín para llevárselo a casa, pero el perro amaestrado nunca le obedeció, pues solo le presta atención a su amigo policía.
Pero, los perros no fueron lo único atractivo para los niños, ya que las enseñanzas de Paquito también gustaron. Sobre todo las que referían al cuidado que deben tener cuando personas extrañas se les aproxima. Este show no solo gustó a los chiquitines, también a los padres de familia. Una de ellas fue Marcela Peralta, a quien las recomendaciones le parecieron acertadas y sobre todo importantes para repetirlas en casa.
Andrea Quinteros, una de las jóvenes de GAR, señaló que para la realización de la actividad contaron con la colaboración de la Policía Comunitaria. Para ella fue importante este respaldo porque necesitaban realizar una labor social antes de salir del país a estudiar gracias a la beca que el Gobierno Nacional les concedió.
El sargento Glen Bonilla de la Policía Comunitaria contó que acercarse de esta manera a la comunidad es muy gratificante porque se rompen barreras y se puede contar con la colaboración de la ciudadanía. De manera especial resaltó que trabajar con niñas y niños es muy agradable porque se les enseña valores y cómo cuidarse de forma lúdica y entretenida. /Redacción Quito.
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