Fosas comunes ya no existen en el proceso de identificación de cadáveres NN
Quito.- Con la reciente infraestructura y tecnología entregada a través del moderno Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses en Quito, el Departamento de Medicina Legal de la Policía Judicial realiza su trabajo investigativo desde una perspectiva más integral. Uno de los campos en donde el cambio se ha sentido más es en la identificación de cadáveres. Con recursos y tecnología de última generación con los que cuenta el laboratorio, se ha facilitado la posibilidad de realizar procesos más técnicos en la identificación de los cadáveres que ingresan al Laboratorio de Criminalística Forense sin ningún tipo de identificación personal, denominados N.N. (del Latín nomen necio, en Español nombre desconocido).
El cabo Esteban Eduardo Macanchi Pozo, quien trabaja en la sección de Antropología Forense e Identidad Humana del Departamento Médico Legal de la Policía Judicial de Pichincha, en conjunto con su compañero, el cabo Luis Quishpe, tienen como función la identificación de los cadáveres N.N. Para realizar este trabajo, ellos utilizan dos herramientas claves: la comparación biométrica ante mortem, que corresponde a los desaparecidos, y la información post mortem de los cadáveres no identificados.
Macanchi explica que una vez ingresado al Laboratorio, el cuerpo es trasladado a la sección de Tanatología Forense, donde es ubicado sobre una camilla metálica con el fin de realizar el estudio correspondiente. En el primer análisis que realizan los forenses especializados no se incluye una intervención quirúrgica, se realiza una ficha biométrica post mortem y fotografías para buscar un indicio que pueda determinar la identidad del sujeto. Así se obtienen huellas, Rayos X, rasgos faciales, marcas de tatuajes, etc. Éstos son enviados a un estudio específico que utiliza varios sistemas con los cuales se coteja las muestras recopiladas en la primera etapa, con base de datos de desaparecidos registrados con herramientas como: AFIS, identificación mediante las huellas dactilares; ABIS, identificación biométrica del rostro de la persona; Antropología analiza los huesos; Odontología, que estudia las piezas bucales; y Genética Forense o ADN que busca coincidencias a través de una muestra de sangre.
Si existe una coincidencia y se logra darle una identidad al difunto, se contacta a los familiares, o de ser el caso, a su país de origen para proceder a determinar la causa de la muerte, mediante una autopsia. De lo contrario, la Fiscalía debe enviar una autorización para que los médicos procedan a examinar el cuerpo. Tras realizar la autopsia y determinar la causa de la muerte, el cadáver es trasladado a una camilla fija. Si el cadáver es reconocido por su familia, debe levantar un acta de levantamiento del cadáver y presentar una copia de la cédula de ciudadanía que certifique que son familia para proceder a enterrarlo por su cuenta.
En el caso de no ser identificado, o en su defecto, si la familia no lo retira o su país de origen no realiza la repatriación, la Ley faculta al departamento forense a proceder con la donación a universidades o a la inhumación. Ésta última consiste en enterrar el cadáver, para esto la Policía Nacional hace un contrato con las funerarias con el fin de darles cristiana sepultura.
Macanchi aclara que no existe la fosa común en la actualidad. Cada cadáver N.N es etiquetado con una numeración específica que se coloca también en el féretro correspondiente, el cual es de metal para lograr una mayor preservación en el caso de que alguien lo reclame tras ser enterrado. Cada difunto es enterrado de forma individual en nichos o tumbas separadas que llevan escritas la numeración correspondiente.
Cifras
En el año 2013 ingresaron un total de 1999 cadáveres entre identificados y no identificados. 112 que ingresaron como N.N, fueron identificados de manera técnico científica. Existe un total de 46 cadáveres que no son identificados o que ya han sido reconocidos y aún no los han retirado. En ese mismo año hubo un total 200 desaparecidos reportados en el departamento de Criminalística Forense.
En lo que lleva este año se ha hecho un registro de un total de 1400 cadáveres, de los cuales 50 ingresaron como no identificados y ya se les dio una identificación, e incluso fueron entregados a sus familiares. Otros 23 cadáveres continúan en proceso de identificación.
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