Cuenca.- Escucharlo con los ojos cerrados. Lo primero que viene a la imaginación es un hombre alto, con movimientos fuertes en sus manos, comunicando con potencia un mensaje de impacto. Abrir los ojos y quedar estáticos al presenciar una sonrisa combinada con una mirada de paz, que opaca a una silla de ruedas, que solo le sirve de transporte más no de limitación.

Esta es la impresión que transmite el sargento primero de Policía, Lauro Aníbal Flores Burgos, de 48 años, oriundo de la provincia del Guayas, quien visitó el Comando Provincial de la Subzona Azuay de la Policía Nacional. Con una pequeña intervención fue suficiente para que los cerca de 40 policías concentrados en el auditorio eleven su autoestima y tengan mayor orgullo de su profesión.

Flores tiene 22 años de servicio policial, pero hace 12 años participaba de operativos y capturaba delincuentes. En una de esas intervenciones quedó su carrera operativa truncada con tres disparos, lo que lo llevó a la inmovilidad parcial de su cuerpo.

Al contar su experiencia lo hizo sin tartamudear, su voz fue firme y no se quebró, ya que se considera un policía al 100 por ciento y así lo demuestra a diario en su lugar de trabajo, en el Hospital de Policía de Guayaquil, en la Unidad de Atención de Personal Policial con Discapacidad y Enfermedades Catastróficas.

El “Alto policía”, que detiene al sospechoso, lo cambió por un “Alto, policía reacciona”, que sensibiliza a sus compañeros en que no deben avergonzarse por alguna discapacidad.

“No tenemos límites, y debemos eliminar las barreras que pone un pensamiento cerrado. Debemos trabajar con amor, con orgullo de proteger a la sociedad, al que nos necesita, sin temor a nada. El estar en una silla de ruedas no me imposibilita hacer lo que desee y viajar a todo lado para llegar a mis compañeros”, indicó Flores.

Una dificultad que experimentó en la mayoría de sus visitas para las charlas de motivación fue la falta de acceso para personas en sillas de rueda. Por esa razón deja un pedido en los comandos de policías, sobre la construcción de rampas para facilitar su llegada. Sin embargo no será obstáculo ya que cuenta con la fuerza de sus amigos, que ponen sus brazos como piernas para que Lauro deje su historia.

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