Quito.- El nigth club ‘Las Banderas’ operaba detrás de la iglesia central, a dos cuadras de un centro educativo y en pleno centro de Amaguaña, en el valle de Los Chillos. Fue clausurada tres veces y tres veces fueron rotos los sellos, incumpliendo la ley.

Sin embargo, la noche de este viernes 09 de enero, el intendente de Pichincha, Edwin Castelo y el director de Control y Orden Público del Ministerio del Interior, Javier Ladino, clausuraron de manera definitiva el local de diversión nocturna.

Varias denuncias de la ciudadanía indicaron que este prostíbulo era el principal culpable de la inseguridad de la parroquia Amaguaña. Era tal el poder que tenía el dueño del establecimiento que habría amenazado a autoridades, a líderes barriales y hasta al mismo párroco de la iglesia, para continuar con su negocio.

En el operativo de clausura participaron también personal del Grupo de Operaciones Especiales (GOE), Antinarcóticos, Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO), Migración, Policía Judicial y Criminalística. Las acciones policiales empezaron desde las 18h00 y se extendieron hasta las 24h00.

Según el intendente Castelo, el local presentaba varias irregularidades en su funcionamiento y en su aseo. Los colchones y las sábanas estaban sucios, las paredes de las habitaciones presentaban humedad y filtraciones con hongos. Las condiciones de los baños eran deplorables, ninguno tenía agua. Además el sitio no tenía permiso de funcionamiento.

Otra de las irregularidades de la casa de citas, según el personal de inteligencia, es que nunca se daban vueltos. Cuando un cliente pedía una cerveza con un billete de 10 y 20 dólares no les devolvían su cambio, al contrario, quien protestaba era agredido física y verbalmente. “Nos sacaban un machete y con eso nos amenazaban para que no reclamemos”, indicó un cliente que no quiso identificarse.

Estas actitudes violentas fueron corroboradas por el director de Control y Orden Público, Javier Ladino. Cuando el funcionario ingresó al establecimiento fue amenazado con un machete por el dueño del local, Manuel E., que se encontraba en estado etílico. “Vamos a cerrar definitivamente este lugar y si lo vuelven a abrir, los propietarios y administradores serán detenidos”, dijo Ladino.

Una de las denunciantes contó que el dueño del local siempre fue violento y todos le tenían miedo. De hecho, habría amenazado a la comunidad de que si le seguían molestando para cerrar su negocio, él pondría veneno en los tanques de agua que abastecen al sector.

Dentro del prostíbulo se encontró una caja de balas, tres machetes y un hacha que se encontraban detrás de la barra. Además, el propietario del nigth club controlaba el perímetro a través de un sistema de cámaras de seguridad.

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La coronel, Margarita Pereira, jefe de la zona señaló que recibía muchas denuncias de la población. Dentro del lugar siempre había problemas y los clientes salían heridos provocando riñas callejeras e intimidando a la población. “Queremos que la ciudadanía denuncie estos lugares que generan inseguridad, la Policía Comunitaria estará siempre alerta y trabajará por la paz de la parroquia”.

Al final del operativo, el dueño fue detenido y llevado hacia la Unidad de Flagrancia, donde el juez de turno determinará si deberá permanecer detenido. En la puerta principal del prostíbulo se puso el sello de clausurado. /Redacción Quito.

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