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Paquito Comunitario comparte en la Puerta del Chimborazo

Riobamba.- El cielo despejado, un sol radiante, acompañado de una brisa fría, eran parte del paisaje de la ciudad de Riobamba que recibió a Paquito Policía y sus amigos en la travesía que realizaba en su paco móvil. El recorrido recién empezaba, avanzó por las laderas de las montañas vecinas al nevado Chimborazo. Sus formas parecían dibujadas perfectamente por un pincel. El verde de la hierba demostraba la vida de la tierra.

Esta tierra fue habitada en el pasado por los hacendados, llamados también terratenientes, Tenían como criados a los indígenas de la zona, quienes entregaban un pedazo de tierra como paga del ¨trabajo¨, que era más cercano a la esclavitud, trayendo a la memoria las escenas descritas en la novela Huasipungo, del escritor Jorge Icaza.

Este es el pasado y la historia que vivieron algunos de los habitantes de la comunidad Chimborazo Milancaguan, que se legalizó hace más de 60 años. Hasta ahí arribó Paquito, luego de 40 minutos de viaje desde Riobamba. La vista era espectacular, aunque el tímido Chimborazo se ocultó bajo las nubes, ocultando su majestuosidad. No dejaba de ser una maravillosa obra de arte natural.

La comunidad se había preparado, como una sola familia, para recibir a Paquito Policía y sus amigos. La sala comunal congregó a aproximadamente 150 personas, entre adultos y niños. Los más antiguos compartieron su historia, sus tradiciones y costumbres, contando cómo lograron obtener aquellos terrenos, base de su hogar. Recordaron los valores heredados, que les repiten esa sus ya conocidos preceptos: Ama Quilla, Ama Shua, Ama Llulla (no mentir, no robar, no ser ocioso). Pero, no todo fue tradición y formalidad, también demostraron sus dotes artísticas, mostrando que el arte musical es parte esencial de sus raíces indígenas.

Autogestión

La comunidad sobrevive con la autogestión. Se alimentan de sus propios productos sembrados como la papa, el arroz y la carne que obtienen de sus animalitos. El plato autóctono, también por tradición, es el cuy con papas y queso. Del ordeño de sus vacas obtienen la leche y fabrican el queso que venden en la feria de Riobamba. Otro producto es el dulce de leche con sabor a mora.

Paquito Policía conoció la habilidad artesanal de las mujeres de esta comunidad. En sus manos sostenían un palo que envolvían con las lanas que obtienen de los animales llamados alpacas. Con paciencia iban convirtiendo aquella lana en hilo, con el que tejen muchos de sus productos como llaveros, bufandas, bolsos, ponchos, abrigos pequeños, entre otros. Desde adolescentes, las mujeres aprenden de sus abuelas o madres estas artesanías.

El bordado tambien es importante en la tradición de esta comunidad. Las mujeres confeccionan su propia vestimenta, especialmente sus muy conocidas pintorescas blusas blancas con flores bordadas a mano. Con timidez, ellas mostraban y contaban a Paquito Policía su experiencia en la fabricación de tejidos y bordado. La pintura también fue representada con retratos y dibujos que realizan los hombres de la comunidad.

Las habilidades y lo que nace de ellas no deja de maravillar a los visitantes, han sido mejoradas a través del tiempo. Pero, a Paquito Policía le contaron que aún les falta un medio para comercializar sus productos artesanales y artísticos. Detalles que más allá de la tradición, también importan.

Ecoturismo comunitario

Uno de los mayores proyectos de la comunidad es el turismo ecológico comunitario. Su principal idea se llama “Achik Ñan”, La Puerta al Chimborazo. El presidente de la comunidad, Carmelo Siza, detalló a Paquito Policía los servicios que ofrecen esta iniciativa turística, constituida por un hospedaje en cabañas, construidas en plena comunidad. También ofrecen paseos por senderos que conducen a las montañas cercanas, entre ellas el Chimborazo, aguas termales a 30 minutos de la comunidad, disfrutar de su gastronomía y aprender a elaborar sus artesanías, así como a ordeñar. Una rica oferta de actividades que puede realizar un turista.

Aunque actualmente están legalizando su proyecto, desde hace cinco años comenzaron con sus propias manos a construir las cabañas. Paquito Policía se sintió contento al entrar a las cabañas, acogedoras y vistosas, disponen de una chimenea para opacar el intenso frío de la noche en La Puerta al Chimborazo.

Figuras representativas

La comunidad tiene su propio curador, el especialista en plantas que estudió el uso y beneficio de las plantas que produce la tierra en Milancaguan, gracias a un libro “Donde no hay Doctor” que le prestó un abuelito que era su vecino. Tío José mostró a Paquito Policía las plantas más usadas. La manzanilla, orégano, toronjil, yerbaluisa, chuquiragua, taraxaco y arrayán para el dolor de estómago; llantén y linasa para el riñón; la ortiga para las espinillas y “la ortiga negra para castigar a los que se portan mal”, dijo Tío José. Paquito Policía se asustó cuando Tío José le contó que cuando alguien roba o transgrede alguna ley de la comunidad es ortigado y luego metido al río. El ardor permanece en su cuerpo por más de 24 horas.

Doña María ha sido responsable del nacimiento de muchas niñas y niños. De eso dice que ya perdió la cuenta, en sus casi 20 años de ayudar a las gestantes. Un trabajo que heredó desde la época de sus abuelos. Es conocida como la partera, en el pasado realizaba el chequeo mensual, hasta llegar al día del alumbramiento. Cuando las mujeres tuvieron acceso a la salud, facilitándoles los hospitales o centros de salud para que den a luz, el trabajo no terminó para Doña María. Cuenta a Paquito Policía, mientras le muestra los instrumentos que utiliza, que aún realiza el control mensual hasta que tienen dolores de parto. Sus conocimientos fueron alimentados también con algunos cursos que recibió del Ministerio de Salud, potencializando sus habilidades. María, una joven que está embarazada, ya de nueve meses, manifiesta a Paquito Policía que Doña María le ha ayudado a poner al bebé «en el puesto» para que esté listo para dar a luz de forma natural.

Esto emocionó mucho a Paquito, mientras observaba a los niños y jóvenes que se encontraban en ese lugar, gracias al trabajo de Doña María, a su cuidado y paciencia, en todo el tiempo de su gestación.

Paquito comunitario

Una mañana y tarde compartió Paquito con la comunidad, conociendo sus costumbres, sus sueños y planes. Un rincón del país que aunque está tan cerca, pareciera estar muy lejos de la vida de la ciudad, con grandes diferencias y tradiciones, pero con el mismo corazón de ecuatorianas y ecuatorianos. Paquito comunitario seguirá visitando otras localidades del Ecuador para conocer a fondo a su gente y a través del contacto y de su realidad poder apoyar en la consolidación de la seguridad ciudadana.


 

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