Judo, más que un arma de defensa policial, una pasión

Quito.- Freddy Ávalos Tello, jefe de Gestión operativa de la Unidad de Contrainteligencia de la Dirección General de Inteligencia (DGI), participó como árbitro continental en un torneo Internacional de Judo en Santiago de Chile. Espera convertir el judo en una materia dentro de la formación de cadetes y ser árbitro mundial.
Como si se tratase de un Peter Parker o un Clark Kent, Freddy esconde bajo el uniforme verde olivo, un traje blanco con cinturón negro, su equipo de judo. Él es un experto judoka que no solo ha puesto en alto el nombre del Ecuador, sino también el de la Policía Nacional, al ser el primer miembro de la institución en convertirse en árbitro Panamericano de esta disciplina, participando en competencias nacionales e internacionales.
Su historia deportiva empezó a los 12 años, cuando tuvo la oportunidad de inscribirse para aprender este arte macial. Posteriormente, ingresó a las filas oficiales como cadete, pese a eso siguió en la práctica deportiva luego de las jornadas de entrenamiento policial. “Todos los días, por las noches, luego de terminar mis deberes como cadete practicaba el judo”. Fue así que logró viajar a Cuba, durante un mes, para entrenar y obtener más técnicas en el judo, además de ser miembro de la Federación de Judo de Pichincha.
Con más de 30 años en esta disciplina, Freddy cuenta que en el 2005 se retiró de las competencias, pues el trabajo de la DGI no le permitía continuar con extensos entrenamientos. No obstante, jamás dejó de lado el deporte, por lo que empezó con el arbitraje del judo hasta convertirse en árbitro Panamericano. Si todo sale bien, cuenta que en julio rendirá exámenes para ser árbitro mundial, en El Salvador, y participar en las “grandes ligas”, quizá hasta en alguna olimpiada.
«El trabajo de arbitraje es de suma responsabilidad, se deben conocer bien las reglas porque si se juzga mal, atrás está el arduo trabajo de un competidor», expresa.
Sentado en su oficina, revisando los recuerdos fotográficos de sus participaciones en Chile, Brasil y obviamente Ecuador, es inevitable preguntarle cómo logra combinar su ejercicio profesional con el judo. Freddy solo se ríe. Para él, el judo es la mejor arma para combatir a la delincuencia sin usar la violencia o armas de fuego.
En países como Canadá, Chile o Francia, el judo se dicta como materia dentro de la formación policial. “Un policía tiene suerte si en toda su vida profesional usa el arma unas cuatro veces”, expresó. Las técnicas del judo son útiles para neutralizar a delincuentes sin usar la fuerza ni arriesgar la vida. “Con un par de movimientos hasta se puede dormir a la persona”, señaló.
Por eso, uno de sus sueños es crear un proyecto para la enseñanza del judo como materia en la formación de cadetes. Disciplina que practican instituciones policiales de otros países.
En su actual trabajo enseña técnicas de judo a los policías a su cargo, en los ratos libres. Algunos incluso se han incentivado en la práctica de este deporte y han participado en competencias.
Al ver la emoción con la que Freddy revela su pasión por la enseñanza del judo, pregunto por sus hijos, si ellos comparten la misma afición. Él afirma que sí, solo que aún están pequeños y la idea de practicar judo en un futuro les atrae.
Un récord de 13 campeonatos nacionales de judo, una medalla Sudamericana, un torneo Panamericano y un torneo Panamericano de judo policial son la carta de presentación de este policía deportista. Sus viajes los ha podido costear personalmente, lo cual considera una inversión. A esto se suma el respaldo de su familia, quienes entienden el poco tiempo que les dedica por seguir sacando adelante el nombre del país.
Este 2015 ya le dio la primera satisfacción deportiva al mayor Ávalos, en enero ganó medalla de oro en categoría máster, en una competencia nacional desarrollada en Quevedo. /Redacción Quito.
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