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Una bala inmovilizó su cuerpo, su positivismo y lucha lo sacaron adelante

Guayaquil. Tras 19 años en la institución policial, Eduardo Argüello Peñafiel es mayor en la Policía Nacional, hijo, padre y esposo agradecido. Aunque sufre una discapacidad generada por un asalto, que le conminó a una silla de ruedas, el apoyo de la institución a la que pertenece y las personas a las que ama, ha sido el impulso que le ha permitido seguir adelante a pesar de las vicisitudes.

Creció mirando a su padre y a su hermana mayor vestir el uniforme. “Desde muy pequeño me gustaba el trabajo de mi padre, su ejemplo fue trascendental para que yo eligiera esta profesión. Servir a la comunidad es mi lema de vida”, comenta el oficial.

Él es ahora un uniformado que ostenta un alto rango en la Policía Nacional de la zona 8 y está al frente del Departamento de Logística, donde está al mando de un personal de 30 servidores entre civiles y policías.

Eduardo no solo sufrió por su discapacidad sino que también perdió a su padre, a causa de un envenenamiento durante el proceso de investigación, en un supuesto caso de corrupción. “Al inicio dijeron que era un paro cardiaco pero luego en la autopsia se descubrió que era envenenamiento. Seguimos el proceso pero no se juzgó a nadie por este caso”, mencionó.

Argüello evoca el pasado y recuerda también el suceso que le aconteció. “Hace ocho años, al salir de mi trabajo intentaron robarme el vehículo en el que me movilizaba. Recibí una bala que me causó un trauma cráneo encefálico severo y me generó una discapacidad física en el lado izquierdo”, cuenta.

“En ninguno de los dos casos se juzgó a los responsables. Sin embargo, ahora las cosas han cambiado y muchos casos como los nuestros sí tienen respuesta de la Justicia”, manifiesta Arguello.

Familia y motivación

El mayor tiene una familia compuesta por su esposa y sus dos hijos de 14 y 7 años. “El amor de mi esposa, la abnegación de mi madre, el cariño de mis hermanos y amigos estuvieron siempre incentivándome. El amor, el calor humano de familia, el ver crecer a mis hijos, permitió que yo saliera adelante”.

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Apoyo institucional

En todo momento ha contado con el apoyo de sus superiores y compañeros, personal de clases y policías, y sobre todo, del personal de la Unidad de Atención al Personal Policial con Discapacidad. Esta unidad está encargada de proteger los derechos de todos los miembros con discapacidad.

“Cuando regresé al trabajo estuve al frente de la oficina de la unidad de Discapacitados, donde tuve la oportunidad de ayudar a mis compañeros que presentaban algún tipo de discapacidad. Yo los entendía porque tenía la experiencia en mi vida y conocía sus necesidades y limitaciones. También aprendía de ellos cada día”, señala emocionado.

Sus compañeros

“Yo he palpado ese compromiso de ayuda en los miembros de la institución policial, hacia mí y hacia mis compañeros con algún tipo discapacidad, nos dan el apoyo incondicional y las facilidades, y nos ubican en sitios de trabajo donde sin importar cuál es nuestra discapacidad, podamos cumplir con una importante labor para todos los ciudadanos”.

Argüello exhorta a quienes tienen algún tipo de discapacidad de nacimiento o adquirida, que redoblen esfuerzos, “salgamos a demostrar que somos personas con los mismos derechos y obligaciones, capaces de asumir retos y salir adelante, siendo incluso ejemplo para quienes nos observan”. /Redacción Guayas.

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