Portoviejo.- Se coloca el overol negro y luego su cinto. Junto a su muslo guarda la pistola Glock calibre 9 milímetros, coge su fusil de guerra, prepara su chaleco balístico y el casco. Entre todo, lleva casi 40 libras de peso encima. A Cristian Gaybor, jefe Operativo del Grupo de Operaciones Especiales (GOE), eso no le incomoda, su responsabilidad es brindar seguridad a la ciudadanía.

Antes de equiparse se preparó sicológicamente. Está seguro de lo que va a hacer y ofrece seguridad a los compañeros con los que va actuar durante un operativo. Nada perturba sus pensamientos, está totalmente concentrado en su objetivo, que puede ser aprehender a un delincuente de poca peligrosidad o uno de los ‘Más Buscados’. La finalidad es neutralizar a los delincuentes.

Coordina con la Unidad de Inteligencia, planifica el operativo e inmediatamente se ejecuta. Gaybor, junto a sus compañeros logran su finalidad, detener a un presunto asesino.

Cuando se ha cumplido la misión, analiza los errores que cometieron, socializa con los demás compañeros para que en el próximo operativo no se repitan.

Ese es uno de los muchos operativos antidelincuenciales a los que Gaybor, junto a los integrantes del GOE, ha asistido. Han recibido reconocimientos, cuatro felicitaciones públicas, tres felicitaciones privadas, un diploma a la eficiencia policial por tener 20 puntos en desempeño y un diploma por tener el máximo puntaje en conducta policial.

En el 2014 se generó un caso que fue duro para la Institución y para el país. Un expolicía asesinó a un taxista en Portoviejo. En ese momento, la Unidad de Inteligencia localizó a la persona y el GOE, con Gaybor a la cabeza, ejecutó el operativo. El expolicía fue detenido. Ese caso, que generó conmoción nacional, generó una felicitación privada por su trabajo.

Ofrecer un poco más

Cristian Gaybor, de 32 años de edad, se levanta a las 05h30, trota alrededor de 10 kilómetros, nada unos 700 a 800 metros, organiza los grupos de trabajo y sale a laborar. A partir de esto, permanece 100 % operativo durante las 24 horas.

Nació en Guaranda, capital de la provincia de Bolívar. Tiene más de siete años en la Institución policial. Al principio fue jefe, durante cuatro años, del escuadrón motorizado del cantón Duran. Después, permaneció un año en la Nueva Prosperina de Guayaquil, como parte de la Policía Comunitaria. Más tarde realizó un curso y fue así, que el 31 de enero del 2014 ingresó al GOE, cumpliendo sus actividades en la provincia de Manabí.

Su mayor interés al ingresar al GOE fue servir de una manera distinta a la ciudadanía. Asumió esta función, como una gran responsabilidad con la sociedad, con él y con sus compañeros.

Es el único de su familia que decidió ser policía. Tiene un título de Licenciado en Ciencias Policiales, otorgado por la Universidad San Francisco de Quito. Decidió ser policía por la labor tan noble que realiza un uniformado.
Cree que lo importante de una persona es saber desempeñarse bien en el campo donde labora. En el GOE todos los integrantes están debidamente capacitados para ser buzos en rescate y salvamento. Por ejemplo, cuando alguien se ahoga, no importa que el agua sea oscura o clara, los comandos están en la obligación legal de encontrar el cuerpo y entregar el mismo a sus familiares, para que le den el último adiós.

Orgullo de su familia

Está lejos de su familia, pero en su tiempo libre, viaja a Quito a visitar a su hijo. Cuando lo menciona, una sonrisa se dibuja en su rostro. Cuenta que la relación que existe con su pequeño es muy estrecha, son amigos y confidentes. La admiración hacia su padre es inmensa, cuando llega a casa lo abraza, le dice que lo vio en la televisión y que algún día quiere ser un comando como él.

Su meta es mejorar cada día en el ámbito familiar y profesional. Actúa en situaciones de peligro, donde hay muchos elementos adversos. Tiene claro que debe protegerse, cuidar a sus compañeros, porque las familias de todos los esperan en casa. / Redacción Manabí.

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