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Luego de 32 años, Dinased ayudó a joven a encontrar a su madre biológica

Quito.- Lo dejó en un orfanato porque no podía mantenerlo. La última vez que lo vio tenía 3 años y le llevó golosinas. Él le pidió que no se fuera, que quería quedarse con ella, pero su mamá le contestó que no, mientras le daba un beso y una despedida, sin pensar que esa sería la última vez que se volverían a ver. Era el Quito de 1983, una fecha que ninguno de los dos ahora quiere recordar.

Pasaron 32 años y el amor, la memoria, la constancia y por qué no decirlo, el destino, hicieron que David José Marcolini Fossa volviera a ver a su madre biológica. Este martes 18 de agosto del 2015, la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Secuestro y Extorsión (Dinased) ayudó a que este encuentro se realice en menos de ocho horas de investigación.

Denuncia

El mayor Marco Proaño, jefe de la Unidad de Desaparecidos de la Dinased, contó que David José llegó este lunes 17 a las instalaciones de la Dirección, junto con una denuncia en la Fiscalía, que decía que el joven de 34 años buscaba a su madre. Los agentes de inmediato buscaron a la señora y la hallaron este martes en la mañana.

David José llegó primero a la cita, quizá la más importante de su vida. Lucía nervioso. Vestía una camiseta roja, un pantalón café y zapatos deportivos. Aunque nunca se olvidó del español no lo habla bien, pero domina a la perfección el italiano.

Luego de que su madre lo dejara en el orfanato, una ciudadana italiana se compadeció de él y lo adoptó como hijo propio. Lo llevó a su país y lo educó junto con su esposo en la localidad Novara, cerca de Milán. El triste e infortunado niño dejó de llamarse David José Bautista Guerrero y se convirtió en José David Marcolini Fossa.

Vida en Italia

David José narró a modo de novela, que creció como un italiano, pero de niño se dio cuenta que su aspecto físico no era como los demás infantes de ese país europeo. Su piel es morena, su cabello negro, labios gruesos y ojos cafés. Entonces les preguntó a sus padres adoptivos el motivo de esa diferencia. Luego de varias conversaciones le confesaron la verdad.

Desde ese instante le invadió la curiosidad de saber de dónde provenía, quiénes eran sus padres y cuál era su historia. Soñaba en Ecuador, soñaba en Quito y anhelaba a sus padres verdaderos. No recordaba el rostro de su madre, apenas pequeñas sombras que se guardaron en su recuerdo y en su corazón, pero nada más.

Sus padres italianos le dijeron que podría buscar a sus verdaderos padres cuando sea un profesional. Se graduó de licenciado en Turismo y apenas pudo viajó a Ecuador. Llegó el 1 de agosto y empezó la búsqueda que solo fue gratificante cuando los agentes de la Dinased lo ayudaron.

Video:

Reencuentro

Eran las 19h23, cuando la otra invitada a la fiesta de reencuentro llegó. Se trataba de Gloria Bautista Guerrero. La mujer, apenas vio a David José corrió hacia él y se lanzó en un abrazo cargado de alegría, de amor, de sufrimiento, de perdón, un abrazo eterno. Los besos de la madre de cabello blanco se fundieron en el rostro del hijo amado, del hijo que regresa a su Patria, a su sangre, a su amor.

Doña Gloria contó que vivió en suma pobreza y por eso tuvo que dejar a su hijo en el orfelinato. La mujer añadió que, junto con sus otros tres hijos dormía en la calle luego de quedar viuda y que no tenía ni para comer, por eso tomó la difícil decisión de dejarlo en ese lugar.

Aunque lo visitaba todos los días, llegó un tiempo en que le dijeron que los niños que vivían allí se habían marchado con sus nuevas familias. La huella de David José se había perdido, junto con las súplicas que este le hacía para que su madre no lo dejara.

Pero David José hizo honor al Cuarto Mandamiento y honró a su madre como hacen los hombres de bien. No le reprochó nada y también le devolvió el cariño de su progenitora con un abrazo y un beso. Juró que la llevaría a Italia a conocer a su otra familia y juró también que nunca abandonaría a su madre, ni a su Patria. Redacción O. R. /Quito.

Fotografías:


 

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