Modernos servicios de Criminalística y Ciencias Forenses fortalecen la gestión en identificación humana

Quito. La moderna infraestructura y tecnología del Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses en Quito y del Departamento de Medicina Legal de la Policía Judicial, han facilitado la posibilidad de realizar procesos más técnicos para hallar la identidad de los cadáveres que ingresan al Laboratorio sin ningún tipo de identificación personal, y son denominados N.N. (nombre desconocido).
El sargento Esteban Macanchi, funcionario de la sección de Antropología Forense e Identidad Humana, del Departamento Médico Legal de la Policía Judicial de Pichincha, destaca que la función de identificación de los cadáveres N.N. utiliza dos herramientas clave: la comparación biométrica ante mortem, que corresponde a los desaparecidos, y la información post mortem de los cadáveres no identificados.
Procedimiento
Macanchi explica que una vez ingresado al Laboratorio, el cuerpo es trasladado a la sección de Tanatología Forense, donde es ubicado sobre una camilla metálica con el fin de realizar el estudio correspondiente. En el primer análisis que realizan los forenses especializados no se incluye una intervención quirúrgica, se realiza una ficha biométrica pos mortem y fotografías para buscar un indicio que pueda determinar la identidad del sujeto.
Con este trabajo, resalta el funcionario, se obtienen huellas, rasgos faciales, marcas de tatuajes, entre otros. Esta información es enviada a un estudio específico que utiliza varios sistemas con los cuales se coteja las muestras recopiladas en la primera etapa con la base de datos de desaparecidos registrados con herramientas como: identificación mediante las huellas dactilares (AFIS), Identificación biométrica del rostro de la persona (ABIS); Antropología que analiza los huesos; Odontología, que estudia las piezas bucales; y, Genética Forense o ADN, que busca coincidencias a través de una muestra de sangre.
De haber alguna coincidencia, destaca Macanhi, se logra dar una identidad al difunto. Además, esta información es comparada con la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased), a los familiares, o de ser el caso, a su país de origen mediante la Interpol, consulados o embajadas, para determinar la causa de la muerte, mediante una autopsia. De lo contrario, la Fiscalía debe enviar una autorización para que los médicos examinen el cuerpo.
Tras realizar la autopsia y determinar la causa de la muerte, el cadáver es trasladado a una camilla fija. Si el cuerpo es reconocido por su familia se debe levantar un acta de levantamiento de los restos y presentar una copia de la cédula de ciudadanía que certifique que se trata de la familia y puedan enterrarlo.
Antropología y Odontología Forense
Al respecto, Miguel Moreno, médico especializado en Antropología Forense, explica que su trabajo es requerido cuando existe dificultad en la identificación por los medios citados anteriormente. Destaca que su labor es comparar los elementos pos mortem extraídos del cadáver con información de algún familiar.
También se realiza perfiles de reconstrucción para generar información suficiente que permita la identificación de un cadáver. Adicionalmente, señala que está levantando información de los cadáveres existentes en todas las facultades de Medicina del país, para generar una base de datos que permita registrar la identidad de los cuerpos y su posterior entrega a los familiares, ya que estos cadáveres u osamentas se encuentran como donados, sin identidad, en estos centros educativos.
De su parte, Siobeli Muñoz, odontóloga Forense, señala que las piezas dentarias son únicas en cada persona y ello es fundamental como principio para identificar a un individuo. Su labor, explicó, es comparar entre las características pre mortem con las pos morten del cadáver.
Sin embargo, Muñoz destaca que también se realiza estos estudios con personas vivas, por disposición judicial o Fiscal, donde es necesario conocer, por ejemplo, la edad de un privado de la libertad, niños y adolescentes en riesgo social o evaluaciones periciales de lesiones en la cavidad bucal, para determinar el tipo de violencia de la que fue objeto un individuo.
Entierro de los cadáveres
Por otra parte, si los cadáveres no son identificados o en su defecto, si la familia no los retira o su país de origen no realiza la repatriación, la Ley faculta al Departamento forense para que en el lapso de 30 días sea inhumado, sin embargo, no se realiza la donación de los restos a universidades y medicina legal mantiene por 90 días a los N.N. y los inhuma.
El proceso de entierro es para darle un trato digno, detalla Macanchi. Luego, cada cadáver N.N. es etiquetado con una numeración específica que se coloca también en el féretro correspondiente, que es de metal, para lograr una mayor preservación en el caso de que alguien lo reclame tras ser enterrado. Cada difunto es inhumado de forma individual en nichos o tumbas separadas que llevan escritas la numeración correspondiente.
Estadísticas
Hasta el momento, 150 cadáveres han sido ingresados como N.N., de los cuales, 120 fueron plenamente identificados y entregados a sus familiares, en coordinación con la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased) y Fiscalía.
Los 30 casos restantes se encuentran en proceso investigativo, ya que han sido ingresados en estado de descomposición, osamenta o reducción esquelética, lo que ha limitado el proceso de identificación con los sistemas ABIS, AFIS o necrodactilias, sin embargo, a través de la Antropología y Odontología Forense se obtendrá la plena identificación en los próximos días. Redacción A. R. /Quito.
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