Rayo, un potro con raíces morlacas, fue despedido con honores de la Policía Nacional

Cuenca.- Emotivo, sencillo y muy significativo fue el acto en el que personal de la Unidad de Equitación y Remonta (UER) Santa Ana de la Cuatro Ríos de Cuenca despidió al potro Rayo, quien debido a un problema de salud tuvo que ser sacrificado. Esta mañana recibió los honores por ser un miembro más de la Policía Nacional.
El acto se cumplió en las instalaciones de la UER. El sonido del toque de silencio recorrió cada rincón ante la presencia de los oficiales y miembros de esta unidad, quienes de la manera más respetuosa agradecieron al animal por sus años de compañía y colaboración con la ciudadanía.
El capitán Juan Carlos Suárez, jefe de UER en Cuenca, indicó que la partida de Rayo constituye una gran pérdida para la Policía, ya que era un animal fiel, dócil y amigable, que se convirtió en poco tiempo en uno de los potros más consentidos por los jinetes a quienes ha dejado un gran vacío.
“No existe imagen más dura que un jinete sin su caballo, ya que juntos forman un binomio que ha originado las más grandes leyendas y gracias al cual se ha conquistado y ganado las más largas batallas. Su ausencia se sentirá en los establos, en la pista, pero en nuestro corazón continuará vivo el recuerdo de todos los momentos que vivimos en nuestro diario andar”, comentó Suárez.
Video:
Su instructor
Dos arreglos florales acompañaban al féretro en el que, de forma simbólica, se encontraba Rayo, cuya imagen se unió a la de otros caballos que en el transcurso de la historia de la UER han fallecido y forman parte de esta galería.
Junto a ellos, el atalaje, artículo propio de cada caballo, confeccionado a su medida y con su nombre impreso, que fue entregado por parte del coronel Pedro Jijón, jefe de la Subzona Azuay, al teniente Eduardo Carrillo, quien durante el último año estaba al cuidado de Rayo.
“Hoy no solo se ha perdido a un caballo, se ha perdido a un compañero, a un amigo que sin esperar nada a cambio nos entregaba su cariño. Es un día triste, pero estamos seguros que los venideros serán mejores, con nuevos potros que enaltecerán el trabajo de esta unidad”, comentó Jijón.
Rayo fue el segundo caballo de raza nacido en Cuenca, hijo de la yegua Quimera y del padrillo Centauro Z, nació el 30 de noviembre de 2012 y, debido a una fractura en una de sus piernas fue sacrificado la semana anterior.
Para Carrillo, la despedida de Rayo fue un momento muy emotivo. “Su fractura fue una noticia que nos afectó a todos, ya que sabíamos cuál era su destino desde ese momento, pese a ello se agotaron todas las opciones para salvarle la vida. Vivimos sentimientos encontrados, porque su partida es dolorosa, pero también estamos tranquilos ya que sabemos que su dolor ha terminado”, agregó. Redacción M. N. /Azuay.
Fotografías: