“Mi hija se siente orgullosa de tener una mamá policía”

Guayaquil. Diana Giselle Mosquera Vera, de 25 años de edad, es agente de la Policía Nacional, desde hace más de 2 años. La joven decidió formar parte esta institución porque quería retribuirle al mundo lo que la vida le había dado.
Francisca, quien hoy tiene 53 años de edad, es la madre de Diana. Con mucho valor sacó adelante a su familia. “Ella fue padre y madre, aunque no tuve una niñez llena de lujos, nunca nos faltó nada en casa, supo enseñarnos valores a mi hermano y a mí, que las cosas se ganan con trabajo y que nada es imposible porque con esfuerzo cualquier meta es alcanzable», detalla la uniformada.
Diana Giselle Mosquera Vera, de 25 años de edad, es agente de la Policía Nacional, desde hace más de 2 años. La joven decidió formar parte esta institución porque quería retribuirle al mundo lo que la vida le había dado.
Hace 6 años, Mosquera se convirtió en madre, al dar a luz a la bella Danna. Durante algún tiempo trabajó en algunos lugares para solventar sus gastos. Pero, su sueño se ser agente del orden lo tenía latente. Su preparación la efectuó en la ciudad de Quito.
“En mis días francos, para ver a mi bebé, salía de la escuela de formación directo a la terminal terrestre de la capital. Pasaba con ella solo un día en Guayaquil, porque debía retornar a Quito inmediatamente para cumplir con los reglamentos de mis superiores”, afirma Diana.
En la actualidad, esta madre y policía se destaca de entre sus compañeras por ser parte del Grupo de Operaciones Motorizadas (GOM), una unidad conformada en su mayoría por hombres. “Mi coronel Tannya Varela, comandante de la Zona 8 de Policía, me motivó a patrullar la ciudad a bordo de una motocicleta, aprender a manejar esta herramienta no fue fácil, sin embargo, con constancia y paciencia aprendí y ahora me encanta”, asegura.
Los varones que laboran con ella la respetan y consideran que ejerce su función a cabalidad. El capitán Samuel Rodríguez, jefe del circuito Kennedy, explicó que la policía Mosquera es disciplinada, atenta y que siempre está presta para servir a los demás.
Beneficios institucionales
La gendarme cree que trabajar en la Policía Nacional le dio estabilidad en todos los aspectos, con lo que pudo ofrecerle a su familia un mejor estilo de vida. Gracias a la institución sus seres queridos tienen atención médica, acceso a talleres vacacionales, capacitación, entre otros servicios gratuitos.
Esta madre policía, que aprovecha su tiempo libre para jugar con su hija, hacerla estudiar y darle buen ejemplo, considera que todo sacrificio tiene su recompensa. “Es bonito escuchar a mi hija decirme que su mayor orgullo es tener una mamá policía”, señala con una sonrisa dibujada en su rostro. M.M. – Guayas.
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