Son las 05h00 y ya se observa a los uniformados dando parte a la subteniente Ximena Sangoquiza. Uno a uno los policías informan las novedades suscitadas en su turno. Es motivante escuchar que todo se ha desarrollado normalmente y que los grupos delictivos localizados poco a poco han quedado sin accionar, gracias al patrullaje, la presencia constante de agentes activos y la instalación de una UPC donde la comunidad pesquera del lugar puede hacer sus denuncias verbales.

Entre los principales delitos que se cometían en la zona estaban la amenaza, robo y arranche de mariscos, agresiones de las cuales eran víctimas los pesqueros. Ahora el panorama es totalmente diferente, pues sienten la confianza de arribar al puerto después de días de jornadas extenuantes internos a millas marinas y con la seguridad de que su trabajo no será vulnerado por los dueños de lo ajeno, pues sienten el respaldo permanente de la entidad del orden y seguridad pública.

Este importante frente de productividad ha beneficiado a alrededor de 3 mil pescadores directos y transformó el círculo de comercialización y distribución de los mariscos, incrementando zonas de muelle, malecón, estacionamientos, áreas turísticas, en las que nativos y extranjeros pueden acudir en busca de un sin número de especies de mariscos para deleitar el paladar con la tranquilidad de contar con seguridad permanente. Redacción J. T. /Quito.