De sonrisa espontánea y trato amable, Ivonne Daza es una General de clase mundial

Quito.- Le prometió a su padre que llegaría a ser más que él y lo cumplió. Cuando le dieron la noticia de que iba a ser ascendida a General, el primer pensamiento fue para su ‘Papapapa’ que es como llama de cariño a su padre, el coronel Gonzalo Daza Hernández, fallecido en el 2007.

‘Papá, misión cumplida’ sería el titular para la historia de vida de Ivonne Daza, una de la dos coroneles mujeres que fueron ascendidas a General por primera vez en los 78 años de historia de la Policía Nacional. Pero esta historia recién empieza, según la oficial superior.

El ascenso es directamente proporcional a las responsabilidades y los retos adquiridos. No solo por el hecho de haber roto décadas de paradigmas en la lucha de género, sino porque además el desafío ahora es demostrar de que ser General no es cuestión de llevar insignias, palas o de llevar pantalones o faldas, sino de actitud ante los desafíos de la seguridad ciudadana en el siglo XXI.

Policía internacional

La general Daza es una mujer de sonrisa espontánea y trato amable. Nunca pasa desapercibida. Quiteña de nacimiento y convicción. Se graduó en el colegio La Inmaculada y desde niña siempre tuvo la imagen policial de su padre, por ello no dudó en seguir sus pasos.

Durante su permanencia en la Policía Nacional ha desempeñado diversos cargos, entre los más importantes como Comandante del distrito Manuelita Sáenz, (Centro de Quito) y directora de la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen). Además fue directora de la Escuela de Especialización y Perfeccionamiento de Oficiales.

Tiene una licenciatura en Ciencias de la Educación con mención en Ecología y Medio Ambiente en la Escuela Politécnica del Ejército. También participó en Comisiones en Reino Unido, Israel, Estados Unidos, Canadá, Colombia, Perú.

Sin embargo, el puesto más reconocido es el de Coordinadora de la Región 25 de América del Sur y Centroamérica de la Asociación Internacional de Mujeres Policías. Es la primera mujer latina en haber ocupado ese puesto en los 100 años de creación de la entidad internacional. Además, fue asesora del Colegio Interamericano de Defensa en Washington DC.

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Una madre protectora

Pero, ¿qué hay detrás de una General? Ella responde con mucha sinceridad que detrás no, sino al lado de ella, hay una gran familia. Un esposo, tres hijos, su madre Robertina Anchundia, quien le dio la bendición antes de recibir sus nuevas palas. Ellos han sido y son su apoyo durante estos 33 años en la Policía Nacional.

Manolo Albuja cuenta que conoció a Ivonne Daza a inicios de los años 80. Fueron sus amigas oficiales quienes los presentaron. Nunca pensó que aquella guapa subteniente con la que salía como amiga se convertiría en su compañera de vida, madre de sus hijos y ahora orgullo de toda su familia.

Su romance ahora sobrepasa los 30 años. “Ella es una mujer diferente”, comenta mientras la observa de reojo. Lo que más le gusta de ella es su serenidad para ser una mujer policía. En los ojos del técnico de oleoductos se nota todavía ese brillo característico de los hombres enamorados cuando hablan de su amor.

El día en que le cambiaron las palas de Coronel a General en la Comandancia de la Policía, don Manolo estaba sentado al lado derecho de la general Daza. No le perdía pista ni un solo instante. Así como tampoco le pierde rastro en las mañanas cuando tiene que prepararle el desayuno. Frutas con yogur o cereales son su predilección, revela Manolo.

Amante del chocolate

Tampoco pueden faltarle los chocolates ni los girasoles. Es casi obligatorio hacerle escuchar música de los 80, en especial de Bryan Adams y Los Panchos. Nunca debe faltar en su hogar el choclo con queso y las pastas, aunque por razones de salud debe evitar.

“Cuando ya se realicen todos los protocolos de ascensos tengo pensado una salida romántica con ella y una reunión familiar para festejar. Solo pido que Dios me la bendiga siempre”.

Durante la ceremonia de ascenso había tres hombres jóvenes que la acompañaban y que no la dejaban sola ni un solo instante, sus hijos: Alejandro, Juan Sebastián y Nicolás. El mayor dice que su madre es un ángel dentro de casa, pero es muy seria cuando ya asume la posición de oficial de la Policía. “Ella dice que cuando eran niños era esclava de varones y ahora es bendita entre ellos”.

Daza, en cambio, les ha inculcado cinco valores fundamentales: respeto, puntualidad, responsabilidad, cordialidad y unión familiar. “Es una mamá muy protectora, muy cariñosa. Nosotros desde ya le decimos ‘mi General’ con cariño”.

Ivonne Daza continúa como directora de la Dinapen y ahora también es supervisora de la Zona 2. A pesar de que cumplió el sueño de su padre, todavía cree que puede dar más por la Institución policial. Cuando se le pregunta si imagina a una mujer como Comandante General, ella responde que sí, que eso sucederá, con una seguridad que conmueve. Redacción O. R. /Quito.