Caballos de la Policía animan las vacaciones de niños y adolescentes de la capital

Quito. No solo cuidan a la ciudadanía, sino que además la entretienen. Se trata de los caballos de la Unidad de Equitación y Remonta de la Policía Nacional (UER), que brinda una opción vacacional gratuita para niños de la capital, durante las vacaciones escolares. Hasta el momento, este servicio policial ha recibido en sus instalaciones, ubicadas en Tambillo, a 30 grupos de alrededor de 20 menores de edad en el curso vacacional, con el objetivo de compartir conocimientos y momentos de alegría.
El subteniente Cristian Chávez, uno de los organizadores de estos cursos, señaló que los niños de diferentes barrios de la capital conocen el trabajo de la Policía montada y la preparación y cuidado de los equinos antes de salir a los parques y zonas donde prestan sus servicios. “Queremos fortalecer la confianza hacia nuestra Policía. Además, aprovechamos el tiempo libre de las vacaciones para que los niños y adolescentes disfruten”.
Los agentes de las Unidades de Policía Comunitaria (UPC) hacen los contactos con los presidentes barriales, quienes organizan a los niños. Los uniformados se encargan de gestionar el transporte y refrigerio para los asistentes. Una de estas dirigentes fue Elena Freire, vicepresidente del Barrio Alma Lojana, quien agradeció este trabajo de la Policía porque muestra su cambio y su cercanía con la ciudadanía. “Tenemos una excelente relación con los policías, nos apoyamos en ellos, hacen un gran trabajo”, dijo.
El uniformado Marco Yugsi recibió a los grupos de niños y fue quien les enseñó cómo la Policía Nacional cuida a los caballos para enviarlos a las calles, plazas y parques. “Como es una unidad preventiva nos interesa que conozcan nuestro trabajo y que los niños se entretengan. Ellos han cabalgado y sentido el cariño de los equinos que son animales muy nobles”.
Los niños fueron los más emocionados cuando debían subir a los caballos. Sus rostros de alegría y curiosidad por tocar a los animales fue lo que más llamó la atención a los policías, quienes los ayudaban a montar y desmontar de los mismos. “Nunca había conocido a un caballo de cerca, y son grandes”, repetía una niña, quien tocaba con recelo las orejas de los equinos.
Al final, todos se tomaron fotografías y muchos de ellos conversaron que les gustaría ser policías cuando crezcan, para poder montar esos caballos. Otros, solo los disfrutaban mirándolos y escuchando las recomendaciones de los agentes. El curso vacacional continuará durante todo el mes de agosto. La Policía Nacional está cada vez más comprometida con la ciudadanía y su bienestar. Redacción OR/Quito.