Babahoyo.- Para incrementar los niveles de seguridad, tranquilidad y convivencia en las parroquias El Salto y Barreiro, la Policía Nacional ejecuta operativos antidelincuenciales en Babahoyo.

Por disposición del centro de operaciones, se ha empezado a destinar un grupo de uniformados para que realicen hasta tres operativos diarios enfocados en controles delictivos y de tránsito.

A la altura del puente colgante que une a Babahoyo con la parroquia El Salto se realiza el registro de motocicletas y sus ocupantes. También se identifica a las personas que, bajo perfil, puedan tener algún tipo de incidencias o participaciones de actividades al margen de la ley.

Hasta el mediodía de este martes se sancionaron varias personas por cometer infracciones de tránsito, como conducir sin el casco de protección, portar licencia caducada, y desplazarse en motocicletas sin los respectivos accesorios, entre ellos retrovisores y placa.

Otra de las irregularidades que comúnmente se presenta en el sector es cruzar el puente colgante, abordo de las motocicletas, cuando existe un letrero que prohíbe esa práctica.

Puente sirve de filtro

El teniente de Policía, Juan Pavón, quien está al frente de los operativos, señaló que este sector es una de las vías de ingreso y salida cuando una persona actúa al margen de la ley.

Rafael Piza, un comerciante de la zona calificó de positivo el trabajo que ejecuta la policía, porque los motociclistas tenían como pista de carrera el puente colgante, irrespetando a los peatones.

El oficial agregó que para disminuir el índice delincuencial en esta parroquia cada quince días la Policía se reúne con la comunidad para impartirles charlas sobre prevención y seguridad.

Dentro de una planificación se capacitará a los habitantes sobre los efectos que conlleva el consumo de droga, y de cómo realizar una denuncia ante las autoridades competentes.

Para la próxima semana se ha fijado ofrecer otras charlas en temas de violencia intrafamiliar porque es una problemática palpable en la parroquia El Salto y Barreiro.

Hilda Fonseca, comerciante de frutas, dijo sentirse más segura, al recordar que anteriormente los delincuentes aparecían de un momento a otro y cometían sus fechorías, pero ahora se han ahuyentado con la presencia de los uniformados. /Redacción Los Ríos.

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