Curso policial de manejo de crisis culminó con una práctica de toma de rehenes

Quito.- Les jugaron ‘la sicológica’ y lo que pudo ser una tragedia, terminó con un operativo limpio, es decir, sin bajas, utilizando solo la palabra.
Así definieron el evento los agentes argentinos y ecuatorianos que participaron en el último ejercicio práctico del Curso de Manejo de Crisis, realizado en el Grupo de Intervención y Rescate (GIR), este miércoles 4 de agosto del 2016.
Cincuenta minutos de tensión se vivieron en el edificio de la Unasur, ubicado en la Mitad del Mundo, norte de la capital. El inmueble fue escogido por su importancia y porque cuenta con todas las áreas donde se podría ejecutar un caso real de toma de rehenes.
El lugar fue rodeado por los uniformados que cuidaron al detalle toda la práctica, que consistió en rescatar con vida a una decena de personas que fueron secuestradas por dos hombres que exigían la devolución de sus puestos de trabajo y la entrega de una vivienda.
El comisario Cristian Gómez, uno de los instructores argentinos del Equipo Táctico de la Policía de la provincia de Córdoba, contó que lo que se está enseñando al personal policial ecuatoriano es cómo negociar, como una de las alternativas tácticas para tratar este tipo de situaciones.
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Según el oficial argentino, es importante que se trabaje con la cadena de mando que es importante para la toma de las mejores decisiones, utilizando la negociación. Esta consiste en manejar de manera efectiva la parte sicológica de los victimarios o presuntos delincuentes.
“La parte sicológica es importante, ya que a través de la escucha activa, de observar la escala del cambio de conducta de un delincuente a través del uso de la palabra, puede salvar una vida, que es el lema de nuestra unidad policial”, señaló.
El Curso de Manejo Policial de Crisis inició el 11 de julio y se extendió hasta este 5 de agosto. 26 agentes de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO), Unidad de Inteligencia Antinarcóticos (UIAN), la Unidad de Investigación de Delitos Energéticos e Hidrocarburíferos (Uideh), entre otros, participaron en el mismo.
Para el mayor Max Molina, uno de los participantes del seminario, lo que más le llamó la atención fue el manejo de la parte sicológica de los delincuentes y manejar las crisis que conlleva una toma de rehenes.
“Nunca se dejó de hablar con los secuestradores. La comunicación siempre fue lo más importante y manejar las tensiones que eso significa. El diálogo con los familiares de los secuestrados, con la prensa, con la cadena de mando”.
Molina, quien es parte de la UMO, indicó que es la primera vez que se trabaja con la táctica de negociación que es fundamental para evitar de cualquier manera enfrentamientos o el uso progresivo de la fuerza, que sería la última opción a utilizar.
El instructor Gómez, quien estaba pendiente de toda la estratégica utilizada en el ejercicio, contó detalles de lo que se debe y de lo que no se debe hacer dentro de una negociación. En lo primero, el profesor dijo que armar el perfil sicológico de los secuestradores es importante.
“Si los secuestradores solicitan comida hay que llevarles, si solicitan la presencia de algún funcionario, hay que llevarlo. Pero lo que nunca se puede negociar es el intercambio de drogas, o el transporte de los rehenes, ya que esto sería fatal”, ya que se trasladaría a otro lugar la crisis, con la utilización de más talento humano y recursos.
La práctica se desarrolló en 50 minutos, sin bajas tanto de la parte de los secuestradores como de la Policía. Los dos delincuentes aceptaron las ofertas de los agentes y se entregaron ante el equipo negociador, que utilizó la palabra para evitar una tragedia de magnitud. Redacción O. R. /Quito.