Quito.- No solo estaban unidos por su consanguineidad, sino también por su debilidad por las cosas ajenas. Marcia Piedad Ch. P., de 49 años, y Cristian Armando S. Ch., de 21, madre e hijo respectivamente, fueron detenidos este martes por la Policía Comunitaria de la Gasca-Pambachupa (Quito) cerca de las 12:30.

El teniente Benjamín Cajas, jefe de la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) de la Gasca, contó que mientras agentes comunitarios realizaban operaciones de patrullaje preventivo y antidelincuencial notaron que una camioneta Chevrolet Luv doble cabina se encontraba estacionada de forma sospechosa en el sector de la avenida Occidental y La Gasca.

Cajas señaló que el vehículo estaba sin placas y dentro del mismo una mujer y un joven. Los ciudadanos se pusieron nerviosos cuando vieron a los agentes, más aún cuando estos les pidieron sus papeles. De inmediato, los uniformados se dieron cuenta que algo no estaba bien entre las pertenencias de la señora.

Cuando revisaron su cartera, la sorpresa que se llevaron los agentes fue mayor. La misma estaba forrada al interior con papel aluminio y cinta de embalaje. A un lado de esta, dos docenas de camisetas con las seguridades todavía en los cuellos, utilizadas por las cadenas de ropa para evitar robos.

Según agentes de inteligencia, este modus operandi se denomina “Empanada” y vino desde Colombia, como otra forma de delinquir en locales comerciales. Consiste en poner las prendas de ropa o artículos de venta en locales dentro de la cartera (generalmente usada por mujeres) cubierta para que cuando salgan de las tiendas las alarmas en las puertas no se activen.

El agente encubierto señaló que tanto madre e hijo ese mismo día habrían perpetrado el robo, en un local ubicado en el sector de Iñaquito. “Es una pena que madre e hijo delincan, sobre todo por el parentesco, además porque la madre tenía dos detenciones anteriores por robo, quizá con el mismo modus operandi”, dijo el agente.

Vídeo:
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La Policía Comunitaria se encargó de llamar a los administradores de las tiendas donde se produjeron los hurtos. Una de ellas llegó a la UPC, la misma que indicó que los detenidos constaban en las grabaciones del día. Al final, madre e hijo fueron juntos en un mismo patrullero a la Unidad de Flagrancia, donde el juez determinó su privación de libertad para investigaciones.

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