Cuenca.- Más de 100 menores de edad fueron sorprendidos la noche del sábado en dos fiestas clandestinas en las que el consumo de alcohol y cigarrillo era el factor común. Por tal razón, la Intendencia de la Policía Nacional del Azuay y Dinapen intervinieron en los lugares.

El primer local en el que actuó la Policía Nacional fue un club de fiesta, ubicado en la avenida Ricardo Durán, sector sur de la ciudad. Los jóvenes explicaron que era una reunión de integrantes de un grupo religioso, pero al inspeccionar el lugar, los policías encontraron licor.

El capitán Carlos Fuel, jefe de la Dinapen Azuay, indicó que en las instalaciones se encontraron botellas de champan, pero el agravante fue que en unos recipientes estaban gomitas de dulce rellenadas con alcohol, para ello utilizaban jeringas hipodérmicas.

Uno a uno los jóvenes subieron al bus de la Policía Nacional para ser llevados a las oficinas de la Dinapen, donde fueron entregados a sus padres o representantes.

Algunos jóvenes lo tomaron de manera divertida e hicieron bromas sobre la preferencia de ir con los policías que ser castigados por sus madres. Mientras otros menores de edad no controlaron su miedo y optaron por el llanto.

De inmediato varios padres de familia llegaron al Club para localizar a sus hijos, pero sin antes de recibir las recomendaciones de los agentes. «Antes de entregar al menor de edad al padre,  le indicamos los riesgos y consecuencias que trae el permitir que sus hijos acudan a una fiesta sin control. El padre se comprometió en cuidarlo y se lo lleva», comentó Fuel.

Clausurada por engaño

El segundo local fue una discoteca ubicada en la avenida Loja, la cual fue clausurada, ya que además de tener a menores de edad y alcohol, engañaron a la Intendencia manifestando que era una fiesta para celebrar a las madres.

Jorge Cabrera, intendente de la Policía del Azuay,  señaló que en ninguno de los dos locales presentaron la autorización para el evento y que la discoteca no tiene  permiso de funcionamiento, por lo que el propietario fue detenido.

«En el mes anterior suspendimos dos fiestas clandestinas y ahora son dos más. Seguiremos con el trabajo para evitar que los jóvenes continúen con estas fiestas sin control ni el permiso de sus padres», indicó Cabrera.

Los padres que retiraron a sus hijos en los locales manifestaron estar de acuerdo con la labor de la Policía Nacional. «Es algo positivo que sancionen y clausuren estas discotecas sin permiso, porque no respetan que son menores de edad y les permiten consumir alcohol. También es responsabilidad nuestra el cuidar y saber a dónde van nuestros hijos», comentó Clara Pulla.

De igual manera Galo Figueroa sin ningún recelo pidió que bajen a su hijo del bus para ser él quien lo sancione en su casa. «A veces uno no sabe dónde están, pero que bueno es que las autoridades estén tras estas malas acciones, así nosotros sabemos qué hacer con ellos».