Eliminada, más de una tonelada de droga producto del microtráfico
Quito. En lo que va del año, la Dirección Nacional Antinarcóticos (DNA) y la Unidad contra el Tráfico para el Consumo Interno (Uctci) han retirado, de las calles del país, 1,21 toneladas de diversos tipos de drogas.
El mayor José Luis Erazo, jefe de la Uctci, señaló que el Ministerio del Interior vio necesario crear una unidad especial que se dedique específicamente al microtráfico y desde su creación, el 24 de noviembre, laboran en todo el país.
Erazo comentó que en la nueva Unidad laboran 130 agentes, elegidos a través de pruebas físicas y sicológicas, además de las respectivas pruebas de confianza como el polígrafo. “Tenemos un equipo 100 % confiable con dos bases en Quito y Guayaquil, pero según la necesidad se puede trasladar a cualquier parte del país”, contó el oficial.
Los buenos resultados son evidentes, ya que hablar del microtráfico es hablar de sectorización y de organizaciones estructuradas de manera piramidal, aseguró Erazo. El oficial analizó que los grupos dedicados a la venta de sustancias sujetas a fiscalización escogen lugares en donde haya gran flujo de personas. Por ejemplo, en el último operativo se detuvo a 22 personas en La Michelena, sur de Quito.
“Esta calle es muy comercial, porque en un solo sector se agrupan colegios, bares, restaurantes, locales comerciales y discotecas. Por ellos decidimos operar en esta zona y desmantelar toda la organización delictiva dedicada a la venta de droga”, aseveró Erazo.
Según las investigaciones realizadas en la capital, por los agentes Antinarcóticos, las organizaciones se sectorizan en lugares concurridos, pero apenas “se limpian”, estos migran a otras zonas. “En nuestro caso volvemos en un mes en las zonas operadas para realizar un estudio si hay otras organizaciones para de la misma forma desarticularlas. Lo importante es librar al sector de la droga”, señaló el jefe de la Uctci.
La prioridad de la Unidad es trabajar dentro y fuera de las entidades educativas, ya que son un sector vulnerable para los microtraficantes. Las investigaciones se realizan tanto dentro de las aulas con alumnos y profesores, como en la parte externa, con comerciantes y vecinos, sin descuidar la parte preventiva con talleres y conversatorios.
Erazo también explicó que las organizaciones que se dedican al microtráfico tienen una estructura piramidal, es decir, que tienen líderes y subalternos que cumplen funciones específicas. Los líderes son los que tienen los contactos de abastecimiento de la droga en cantidades considerables. “En el caso de La Michelena, la droga era traída desde Colombia, cruzaba por Lago Agrio y era guardada en caletas (bodegas)”.
Las informaciones de los agentes indicaron que los líderes casi nunca tienen contacto con la droga. Después de los cabecillas siguen los distribuidores, quienes alquilan domicilios para guardar los narcóticos, ellos manejan casi todo el tiempo los paquetes de droga.
Además, son los responsables del cobro de las ventas y el reparto del dinero a los demás integrantes de la banda. También fungen como supervisores o vigilantes del siguiente grupo que son los transportistas.
Como su nombre lo indica, el siguiente grupo es quien lleva la droga hacia los expendedores. Además, son los responsables de conocer el terreno y de ser los campaneros si se acercan las autoridades.
En el último operativo, realizado en La Michelena el 7 de mayo, los líderes de la organización eran dos mujeres y utilizaban la tecnología y las redes sociales para contactarse con los demás integrantes, además de buscar nuevos mercados y clientes.
La investigación duró alrededor de cuatro meses con labores básicas de Inteligencia y la tramitación de las boletas de captura y los permisos de allanamiento por parte de la Fiscalía. “Hasta la actualidad, a nivel nacional se trabajó 67 casos con la detención de 142 personas, solo en Quito se ha investigado 38 casos y se detuvo a 98 personas”, indicó Erazo.
La Dirección Nacional Antinarcóticos y la Unidad Contra el Tráfico para el Consumo Interno se comprometieron con la ciudadanía a erradicar la venta de sustancias sujetas a fiscalización y a realizar el seguimiento a los distintos casos, además de relacionarse más con la ciudadanía.
Los agentes también piden a los moradores de los barrios que informen a la Policía sobre las personas que se dedican a este delito a través de la línea 1800-Delito. Toda la información será verificada e investigada y se mantendrá absoluta reserva. Redacción OR/Quito.
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