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Ellas también se despliegan para mantener el orden durante manifestaciones

Quito.- En las protestas siempre visten de negro y están protegidos con cascos, chalecos y escudos. Para muchos son una especie de Robocop y hasta los han llamado los ‘hombres de negro’. Sin embargo, la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) no está conformada solo por el género masculino. Allí trabajan de “igual a igual” cinco mujeres y, en la actualidad, 42 más se preparan para formar parte de este grupo especial que mantiene el orden público en medio de protestas y marchas, a nivel nacional.

Andrea Hernández es cabo segundo de la Policía Nacional y desde hace dos años y medio es parte de las filas de esta unidad. Para ella su trabajo es de mucho esfuerzo, pues trata con manifestantes, quienes no siempre mantienen una actitud pacífica. Son incontables las veces que hasta ha recibido una frase de más por ayudar a mantener el orden y hasta los golpes que ha recibido por realizar su trabajo.

Ella cuenta que no siempre los protestantes se dan cuenta que están frente a una mujer. Su traje especial, reforzado con protectores para pies, piernas, pecho, brazos, chalecos, casco, tolete y escudos no permite hacer esta distinción. Por esta razón,  los golpes que ha recibido no la han afectado. Cuando los manifestantes se percatan que es una mujer quien viste de negro se sorprenden y retroceden. Claro, que también ha existido el caso en que se quieren sobrepasar por su condición, pero gracias al trabajo en equipo no se han presentado inconvenientes mayores.

Ellas también se despliegan para mantener el orden durante manifestaciones

El coronel Pablo Tamayo, jefe de la UMO, considera que la labor de las mujeres en esta unidad es importante para operativos en los que hay menores de edad y adultos mayores. Este segmento de la población necesita de un trato especial, para el cual se necesita de una mujer. Uno de estos casos es cuando se realizan requisas en los centros penitenciarios femeninos o traslados de personas privadas de su libertad (ppl).

Actualmente, cinco mujeres policías ya no eran suficientes para ejercer este trabajo. De allí que desde la semana pasada, en la UMO se preparan 42 mujeres para formar parte de este grupo policial especializado. Jennifer Gómez es desde hace tres meses una policía nacional. Desde que ingresó  a la escuela de formación sueña con pertenecer a esta unidad. Para ella es importante la labor de controlar el orden, la convivencia y la paz social.

Ellas también se despliegan para mantener el orden durante manifestaciones

Está convencida que la solución ante un grupo de protestantes no es la represión como se hacía antes, sino un manejo inteligente y estratégico de la situación. Para esto se está preparando y está segura de que cuando salga a las calles así lo hará junto a sus compañeras. Destaca que una de las principales enseñanzas aprendidas es respetar los Derechos Humanos de las personas.

Y es que, diferente a los muchos pudieran pensar, la UMO no es una unidad represiva. Esta es una agrupación táctico estratégica de la Policía Nacional que hace uso progresivo de la fuerza dependiendo de cómo transcurren los acontecimientos. Por ejemplo, en las últimas marchas que se han registrado en Quito no se suscitaron enfrentamientos violentos ni se usaron bombas lacrimógenas. Con las técnicas aprendidas solo se mantiene a los protestantes en un sitio y no se permite que avancen.

Ellas también se despliegan para mantener el orden durante manifestaciones

A nivel nacional, la realidad es la misma. El coronel Tamayo contó que desde el 2011 (fecha de creación de la UMO) no se ha hecho uso de una sola bomba lacrimógena. Esto gracias a que el grupo sabe manejar con tácticas especiales a los manifestantes. El grupo acompaña a otras unidades policiales en operativos y también en el control de espectáculos públicos, conciertos y los estadios. / Redacción Quito.

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