Escuela Superior de Policía tiene sus valerosos cadetes honorarios

Quito.- 26 jóvenes que sufren de cáncer, guerreros a favor de la vida, fueron integrados como cadetes honorarios en la Escuela Superior de Policía (ESP), quienes durante dos días participarán de las actividades propias de la formación policial, informó el Ministerio del Interior.
La integración se dio durante el acto solemne de bienvenida que les ofreció toda la Escuela Superior de Policía, Alberto Enríquez Gallo. Los jóvenes son atendidos en su enfermedad, por parte de la Fundación Jóvenes contra el Cáncer.
Personal de oficiales y cadetes a cargo de este programa social y solidario señalaron que los chicos, luchadores y luchadoras, se convertirán en un ejemplo para los futuros oficiales. La experiencia les ayudará a enfrentar la adversidad que se presente a futuro, ya como oficiales activos responsables de la seguridad ciudadana.
Confraternidad y de amistad
Para el teniente coronel Leonardo Serrano, subdirector de la entidad académica policial, esta convivencia que se inició, hoy viernes permitirá estrechar lazos de amistad y confraternidad, modificará concepciones o prejuicios respecto a esta enfermedad y ayudará a comprender a quienes la sobrellevan.
“La vida es irónica porque se necesita la tristeza para conocer la felicidad, el ruido para apreciar el silencio y la ausencia para valorar la presencia”, manifestó el oficial a cargo de dar la bienvenida a los jóvenes. Añadió que este corto pero intenso tiempo de cruzar experiencias, servirá como motivación a nuestros cursantes para oficiales y dejarán huellas que marcarán nuestro caminar.
En Pusuquí, cerca de la Mitad del Mundo, norte de la capital, los jóvenes recibieron el uniforme camuflage, como símbolo de este programa de integración y su participación como cadetes honorarios. Varios oficiales superiores entregaron las prendas y les dieron un saludo afectuoso.
Confianza en la institución policial
El capitán Oswaldo Montalvo, Instructor de la ESP, al dirigirse a los cadetes honorarios apuntó que esa lucha de los jóvenes contra la enfermedad, es parecida a la que enfrentan los policías profesionales todos los días contra la delincuencia, que el mal no debe limitar sus sueños y aspiraciones. “Confíen en el Señor y en su Policía, porque estamos para ayudarlos en todos los aspectos, levántense y resplandezcan”, añadió.
Celso Manzo, coordinador e instructor del programa explicó las normas que rigen en la Escuela Superior a los jóvenes asistentes y se dirigió a ellos como verdaderos cadetes, quienes debían guardar la debida compostura, obedecer las órdenes, la disciplina y los reglamentos que deben tomar en cuenta a la hora de formar y recibir la instrucción policial.
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Agradecimiento
María Amparo Quiñónez, de Relaciones Públicas de la Fundación Jóvenes contra el Cáncer, agradeció esta inusual y emotiva acogida a los chicos. “Nos sentimos motivados junto a nuestros guerreros por la vida, a continuar luchando contra la adversidad de esta enfermedad. Este acto nos marca la vida. Tendremos presente en nuestro recuerdo una actividad integral que nos cambió la rutina, la cual gira en torno a hospitales, quimioterapias y médicos. Gracias por este recibimiento tan humano y solidario”, dijo.
Testimonios
Lesly Villamarín, de 13 años, quien perdió su pierna por el cáncer, se mostró feliz por participar en este programa organizado por los cadetes y oficiales superiores.
Jeferson Jácome, no vidente y quien también sufre esta enfermedad, disfrutó el momento en la Escuela Superior y compartió su buen humor y sus ideas con los cadetes, hombres y mujeres que están a cargo del evento.
Los 26 cadetes honorarios tienen diversas aptitudes y habilidades que se irán demostrando en su estadía. Para Silvana Castro, cadete de tercer año, «esta experiencia nos permite conocer otros aspectos de nuestra formación y nos devuelve la sensibilidad social y el sentimiento de solidaridad con personas que requieren de atención”.
Durante la permanencia de los cadetes honorarios en la ESP realizaron actividades en el cuartel del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), donde los instructores les enseñaron técnicas de rescate a rapel desde la torre de entrenamiento.
Se han previsto actividades de equinoterapia, natación, caminatas hasta el tradicional árbol que está en una de las cimas que rodean a la escuela de formación de oficiales y, charlas sobre diversos temas vinculados con la actividad policial. / Redacción Quito.
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