La belleza y la fuerza son la imagen de una mujer policía en Cuenca

Cuenca.- «Para muestra un botón» es el conocido dicho, pero en esta ocasión tendremos dos con el fin de homenajear a la mujer, en una fecha que debe trascender los días. Mujeres de diferentes generaciones y estilos de vida comparten sus experiencias y anhelos que esperan conseguir en la Policía Nacional.
La policía Mary Bravo, de 26 años, no logró contener sus lágrimas cuando habló de su madre, pilar fundamental en su vida. Alejarse de su progenitora fue un golpe duro que la llevó a fortalecer su carácter y disciplina. Estas características la hicieron apta para convertirse en una de las instructoras de Policía.
Esa tristeza por la distancia nunca fue reemplazada, pero si neutralizada por el amor de su esposo y el nacimiento de su hijo. Esposo que también es policía y que conoció en su tierra natal, Guayaquil.
Una mujer estricta, fuerte y exigente es Mary Bravo, quien no tiene inconveniente alguno al momento de poner firmeza en su trabajo. “Tengo una gran responsabilidad y meta al instruir o formar a las chicas para que sean unas excelentes mujeres policías. El hecho de ser mujer, no significa que no hagamos actividades fuertes, sino todo lo contrario somos tan capaces como los hombres y eso es lo que se emite a las aspirantes”, comentó.
Puertas adentro, la personalidad de Bravo no se asemeja en nada a su apellido. En casa no existe rango policial, ni órdenes, por lo que la organización y decisiones las toman en pareja. “Yo soy muy amorosa y consiento a mi hijo y esposo cuando debo hacerlo. Tengo la ventaja de que mi familia está unida y eso me ayuda a no debilitarme al estar lejos de mi madre”, acotó Mary.
Orden y belleza
La aspirante Andreina Bastidas, de 18 años, es digna representante de una mujer joven organizada y pese al esfuerzo de las actividades, se preocupa por su apariencia física.
Con mucha paciencia y tino, tocó su rostro con el polvo y los finos hilos del delineador. Para completar su cambio, rozó suavemente sus labios con el brillo que le resaltó su sonrisa. Esa es la rutina de Andreina para demostrar que una mujer mantiene su belleza ante un trabajo fuerte.
Todos los días a las 04h00 interrumpe sus sueños para tender su cama y trotar. Acto seguido toma una ducha para luego desayunar. Durante el día toma sus clases de formación policial y continúan con la preparación física. “Es diferente, en casa se tiene una habitación sola, duermes hasta una cierta hora, se sale con las amigas en la noche, pero todo este cambio vale la pena. Mi objetivo es ser policía como lo fue mi padre y como los son mis dos hermanas”, señaló Bastidas.
A más de tener ética, moral, responsabilidad y todo tipo de valor humano, Bastidas tiene orden y así lo demostró al explicar detalladamente cómo están ubicados sus accesorios y vestimenta. La misma repisa debe mantenerse con ciertos objetos, sin mezclar con otros accesorios de no se relacionen. Su vestimenta de uso diario debe estar impecable, al igual que sus zapatos. Su cabello recogido y bien peinado, para que permanezca estático todo el día.
Todas estas acciones disciplinarias y grandes cambios de 180 grados, no dan por vencidas a estas dos mujeres, que se despiertan cada día con la misma energía y mentalidad, “ser mujer es la combinación perfecta de dulzura y firmeza”. /Redacción Azuay.
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