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La integridad ha llevado a un suboficial a la cúspide de su profesión

Ventanas. El suboficial mayor Jaime Rodrigo Pasos Chávez es un ejemplo de vida dentro de la Policía Nacional, en la provincia de Los Ríos. Hace más de tres décadas, sintió la necesidad de crecer como profesional y servir a su país vistiendo el uniforme de la Policía Nacional, con el cual se ha ganado el respeto y cariño de la gente.

En la actualidad permanece tan activo como el primer día que ingresó a la Institución del orden. Luce con buen ánimo y dispuesto a colaborar con la seguridad ciudadana. Jaime Pasos, de 56 años, es el único uniformado con más antigüedad en la provincia de Los Ríos, pero eso no lo engrandece ni lo minimiza.

Trabaja en el distrito Ventanas, de donde es oriundo. En ese lugar es admirado por sus compañeros de trabajo, porque no todos los uniformados tienen el privilegio de llegar al más alto rango que tiene la Institución dentro de la tropa.

El agente, recuerda que este grado lo adquirió en una ceremonia castrense que se efectuó el pasado 19 de septiembre del 2014, en la ciudad de Quito. Según la Institución del orden, esta clase de insignias están reservadas para aquellos clases que cumplen 35 años de servicio y reúnen una serie de requisitos, entre ellos, contar con una hoja de vida intachable, en la que destaque su conducta y sus conocimientos.

Aunque el suboficial Jaime Pasos siente que está próximo a cumplir su meta para jubilarse en esta profesión, sigue siendo un hombre puntual, correcto, honesto y sin vicios. Además de hablar claro y sin tapujos, otra de sus cualidades es mirar a los ojos de las personas, porque en eso descubre cuando alguien está nervioso o miente.

Hizo el curso en Los Ríos

Cuando tenía 20 años de edad, ingresó al curso de policía en la escuela Lizandro Herrera Calderón, localizada en el sector Fumisa del cantón Buena Fe, en la provincia de Los Ríos.
Uno de los requisitos que exigía la Policía Nacional en ese tiempo, era que el aspirante, al menos cuente con el título de primaria para ingresar al curso.

Eso lo motivó en gran manera, porque era el único certificado de estudios que tenía en ese momento, debido a que no tenía mucho apoyo de su progenitor para continuar con el colegio.

Se arriesgó e ingresó la carpeta en la Comandancia de la Policía en Quito, junto a otros mil jóvenes de distintas partes del país. Después de 13 meses que duró el curso, Jaime Pasos se graduó con la quinta antigüedad. Su primer trabajo lo desempeñó en Quito, luego prestó sus servicios en provincias como Guayas, El Oro, Manabí, Chimborazo, Loja y Los Ríos, donde está actualmente.

Faltaba logística

Resumió que antiguamente, la Policía Nacional tenía otra imagen porque carecía de implementos como: carros, motos, radios, chalecos antibalas, armas. Se utilizaba máquinas de escribir para elaborar los partes policiales e informes laborales. En ese tiempo, el uniforme de la Policía de Tránsito era de color caqui y se utilizaba un casco de color blanco con un escudo del Ecuador.

A partir del año 2000, la Policía Nacional empezó a reclutar más gente, lo que aumentó la confianza de la ciudadanía y se optó por buscar solución al aumento delincuencial.
Actualmente esta misma Institución ha ganado profesionalismo y eficacia gracias a que cuenta con todos los implementos tecnológicos para trabajar, cuyo equipamiento fue donado por el Gobierno Nacional, a través del Ministerio del Interior.

Eso beneficios ayudaron al suboficial Pasos, adaptarse al nuevo proceso de cambios en la institución. Eso lo impulsó a convertirse en la primera persona en hacer el curso virtual para poder ascender a grado de suboficial mayor de manera exitosa.

Una de sus anécdotas

Recordó que en 1984 tuvo que capturar a un asesino que se ocultaba en el recinto Campo Alegre del cantón Puebloviejo. El sospechoso tenía como casa un árbol de guabo, donde permanecía todo el día refugiado. Su pareja era la única persona con quien tenía comunicación mediante silbidos, cuando le llevaba la comida.

Cada vez que el asesino escuchaba los chiflidos de su cónyuge, bajaba el frondoso árbol a recoger la comida y nuevamente se subía. Una vez que la Policía Nacional tenía bien analizada la situación, decidió capturarlo. El suboficial Pasos se vistió de mujer e imitó el silbido. El sujeto bajó el árbol y fue atrapado, con la ayuda de sus otros compañeros policías.

Retiro a la vista

Desde hace dos años labora como integrante de la Policía Comunitaria en el cantón Ventanas. Pasos Chávez señala que el 99 % de sus compañeros de curso ya se jubilaron, otros pidieron la baja y una tercera parte han fallecido por diferentes circunstancias.

El único de su promoción que aún está en servicio trabaja en la provincia de El Oro.
Pasos mencionó que cuando se jubile extrañará a la Policía, porque en esa noble Institución ha pasado la mayor parte de su vida. Además, analiza la posibilidad de dedicarse a la actividad de la ganadería cuando cuelgue los uniformes. Redacción G. F. /Los Ríos.

Fotografías:


 

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