La policía Olmedo es una motociclista con adrenalina y un corazón solidario

Pedernales.- Le gusta la adrenalina, los pases a profundidad, pero sobre todo le gusta ayudar al prójimo. Se trata de la policía Sinthia Olmedo, la única mujer motociclista que labora en el distrito Pedernales desde hace siete meses.
A pesar de que esta guayaquileña de 23 años lleva poco tiempo en la institución se ha ganado el respeto y el cariño de sus compañeros y superiores, por ser una mujer comprometida con su trabajo y con la ciudadanía. Para ella, ser parte del Grupo de Operaciones Motorizadas es un sueño que lo hizo realidad cuando apenas ingresó a la Policía Nacional.
Le gusta la adrenalina, los pases a profundidad, pero sobre todo le gusta ayudar al prójimo. Se trata de la policía Sinthia Olmedo, la única mujer motociclista que labora en el distrito Pedernales desde hace siete meses.
Desde que era muy joven aprendió cómo manejar las motos y cuando ya era una policía pidió a sus superiores que le dieran la oportunidad de ser una motorizada. Cuando vieron sus aptitudes y la facilidad con la que manejaba estos vehículos le dieron el ‘ok’ para que sea parte de la Unidad y que labore en el servicio urbano.
Desde ese momento inició otra historia de su vida. Nunca pensó que en su primer pase iba a enfrentar una de las catástrofes más tristes de la historia ecuatoriana y que ella junto con otros policías sería parte del personal más sacrificado para enfrentar el terremoto del 16 de abril.
Ese día estaba lista para su franco, pero el sismo trastocó todos los planes que tenía y enseguida se puso su traje B2 y salió a las calles de la urbe destruida a ayudar a quien la necesitara. Llevó a heridos a lugares donde les podían atender. “Los francos quedaron suspendidos pero el deseo era ayudar a los niños, a los ancianos. Fue muy triste, pero ahora vemos que el pueblo se está levantando”.
Sinthia es muy seria cuando viste su uniforme. No deja nada a la suerte y siempre está atenta a responder las emergencias que se le presentan. Desde ayudar a personas en estado de embriaguez hasta preparar carpas para los albergues en Pedernales. Eso sí, siempre acompañada de su mejor amiga, su moto.
Casi no le tiene miedo a nada, y cuenta que tanto hombres como mujeres son capaces de hacer cualquier actividad. “El papel de la mujer es fundamental en la Policía porque no solo le pone el toque estético, sino también porque hemos demostrado que como género estamos capacitadas para hacer lo que nos propongamos”.
Sus metas en la Policía Nacional son seguir contribuyendo con un buen comportamiento en la seguridad ciudadana y seguir creciendo en la parte profesional. “Quiero hacer cursos, de hecho quiero ser del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), pero por mi poco tiempo en la Institución no pude aplicar, pero lo intentaré porque quiero ser comando”.
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En su tiempo libre le gusta jugar al fútbol. Es hincha del ‘bombillo’ a quien sigue desde redes sociales. Su posición en el campo de juego es de delantera. La adrenalina la lleva en la sangre no solo por la velocidad que impone cuando monta su moto, sino por la capacidad para hacer goles.
En sus francos se dedica al cien por ciento a su familia en Guayaquil. Allí es mimada por su madre cuando le cocina su platillo favorito que es una sopa de locro y arroz con carne asada y menestra. Tiene en su mano derecha un anillo que parece de casada, pero dice ella que es uno que le regaló su madre cuando se graduó.
Está soltera y terminó hace poco con un novio marino. “Fue por el tiempo y sus profesiones”. Ella sabe que los sacrificios están recompensados con el éxito y la policía Olmedo ama su profesión, ama hacer goles, pero sobre todo ama servir a la comunidad bajo cualquier riesgo. Redacción O. R. /Quito.
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