Mujer policía, un reto en la vida que pocas lo enfrentan

Guayaquil.- Ser mujer, esposa y madre es ya un reto bastante considerable, pero si a esto se suma ser mujer policía, de seguro se imaginará que es una súper mujer, y no está lejos de serlo, puesto que cada una de ellas apuesta el todo por el todo, las 24 horas del día, para mantener la paz en el territorio que se les haya asignado. Tres mujeres que pertenecen a esta Institución comparten sus experiencias.
María Alexandra Salcedo Arias, jefa de Talento Humano de la Zona 8, tiene el rango de mayor de la Policía Nacional, lleva 20 años en la Institución y fue recientemente condecorada por su alto desempeño.
“Fue el deseo de mi padre Jorge Salcedo, lo que me permitió llegar a las filas policiales. El entrenamiento fue duro, las condiciones no estaban adaptadas para el ingreso de féminas a la Institución y veníamos de un receso de 10 años desde la última promoción de mujeres. Esto ha cambiado considerablemente, el Gobierno ahora ha dotado a la institución de ambientes laborales dignos para todos y para todas”, comenta María Alexandra.
Jaqueline Castro, quien trabaja con Salcedo, está feliz de hacerlo. “Es una gran persona, muy solidaria y humana. Tiene un carácter fuerte pero solo lo emplea de ser necesario. Usted la ve seria, pero siempre la va a encontrar dispuesta a ayudar a todos, conocidos y desconocidos”.
Salcedo está actualmente casada y tiene un hijo de siete años. “Al inicio algunos compañeros nos veían como competencia, con el tiempo aprendí que realmente competimos con nosotros mismos, por crear espacios seguros y estables para la sociedad, por ser cada día mejores seres humanos”, comentó Salcedo.
Por su parte, Fátima Ronquillo Paquín oriunda del Cantón Daule, encargada de la Oficina de Trabajo Social, con el rango de sargento primero de la Policía Nacional, confiesa que toda la vida le gusto la vida militar, “desde que estaba en el colegio quería pertenecer a las filas policiales, se dio la oportunidad de ingresar como trabajadora Social del Servicio Pasivo en la Policía Nacional y luego como Trabajadora Social del Comando, este es un sueño cumplido”.
Dentro de las obligaciones de Ronquillo, está la de ayudar con los trámites a los familiares de policías caídos en el cumplimiento de su deber, “hace poco me enteré de la muerte de un compañero y amigo policía con el cual había conversado el día anterior, sentí un dolor profundo y me trague mis lágrimas para fortalecer a los familiares y ayudarles en los papeleos, estas escenas se han repetido muchas veces pero nos toca salir adelante”.
Ronquillo piensa que ya cumplió un ciclo en su vida y alista su retiro, dentro de un año. Entonces realizará nuevos proyectos en los cuales su hijo, de ahora 15 años, será uno de los impulsos que permitirá lograr nuevas metas.
De igual forma, Karla Tatiana Ordóñez Castillo, de 27 años, Policía desde el año 2010, y quien ha estado en Machala, Esmeraldas y Guayaquil, prestando sus servicios en Migración, Unase, Servicio Urbano, Personal, y actualmente en Dinapen, manifestó que desde pequeña quería ser policía. “Siento que nací para esta profesión, me apasiona el trabajo que realizo día a día, y aunque en algunas ocasiones he sentido que mi vida ha corrido peligro, esa misma adrenalina me hace levantarme de mañana y asumir un nuevo reto”.
Tiene menos de dos años de casada, al respecto dice: “mi esposo me conoció siendo policía y me apoya. En este trabajo es primordial que la familia esté unida, necesitamos concentración total para realizar de forma óptima nuestra tarea”, afirma Ordóñez.
Las tres uniformadas coinciden que hay un antes y un después en la Policía Nacional y reconocen que la imagen de la Institución ha cambiado sustancialmente tanto en fondo como en forma, abriendo espacios para las mujeres y brindándoles todo el apoyo que requieren para realizar su trabajo.
“Como mujeres somos un complemento no solo en el matrimonio o como madres, sino también en la lucha por lograr un país de paz, donde nos jugamos el todo por el todo para lograr el anhelado buen vivir”, dijo finalmente la mayor María Alexandra Salcedo. / Redacción Guayas.