Policía controla talleres de motocicletas

Cuenca. Con el afán de continuar con la campaña del Ministerio del Interior, «No compres lo robado, detén la delincuencia», personal de la Policía Judicial del Azuay efectuó este miércoles un operativo de control en diferentes talleres de motocicletas.
El operativo de control se efectuó luego de recopilar información que en el taller ubicado en las calles Vargas Machuca y Honorato Vásquez, centro de la ciudad, se encontraban motocicletas de dudosa procedencia.
El teniente Orlando Posligua, encargado del operativo, indicó que el trabajo tiene la finalidad de evitar la comercialización de accesorios y vehículos robados, por lo que procedieron a la inspección de varios talleres de motocicletas con una orden del Juzgado de Contravenciones.
En el taller se encontraron aproximadamente 30 motocicletas, de las cuales 10 fueron retenidas por no tener documentos que demuestren legalidad, pese a que el propietario del taller llamó a los dueños de los vehículos, quienes no contaban con la documentación que justifique su procedencia.
Documentos
Por su parte el capitán Fabián Astudillo, quien coordinó el operativo, informó y recomendó a los propietarios de los talleres, que antes de recibir el vehículo u objeto, deben llenar una hoja de trabajo con los datos de la moto y del propietario, además, tienen que solicitar la copia de la cédula o la matricula del automotor.
Los operativos continuarán de manera sorpresiva en diferentes sectores de la ciudad, por lo que recomiendan a la ciudadanía que necesiten el servicio técnico para su vehículo, dejar los documentos necesarios y así evitar que sean decomisados.
Las motocicletas fueron trasladadas a los patios de la Policía Judicial hasta donde llegaron algunos de los propietarios de las motocicletas intentando justificar su procedencia.
Finalmente Astudillo señaló que. en algunos de los talleres se comercializan repuestos usados de motocicletas, situación que también está prohibida si no poseen la documentación, ya que los mismos pueden ser robados, en dicho caso los talleres se convertirían en las denominadas cachinerías.