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Policía Nacional despidió con homenaje póstumo a joven uniformado

Cuenca.- En una sencilla pero emotiva ceremonia, la Policía Nacional, a través de la Subzona Azuay, despidió a un joven caballero de la paz. Un fatal accidente de tránsito segó la vida del policía Carlos Armijos Poma, de 25 años, cuando regresaba de efectuar una inspección técnica delegada desde un juzgado, en la parroquia rural de Molleturo.

El gendarme era oriundo del cantón Loja. Ingresó a las filas policiales luego de aprobar el curso de línea. Formó parte de la décima promoción en la Escuela de Formación de Guayaquil.

En una sencilla pero emotiva ceremonia, la Policía Nacional, a través de la Subzona Azuay, despidió a un joven caballero de la paz. Un fatal accidente de tránsito segó la vida del policía Carlos Armijos Poma, de 25 años, cuando regresaba de efectuar una inspección técnica delegada desde un juzgado, en la parroquia rural de Molleturo.

Luego de graduarse, el uniformado prestó su servicio en la ciudad de Cuenca, en los Circuitos Paraíso y Sucre, permaneciendo tres años en este espacio. Posterior postuló para ingresar al curso de Criminalística, en la ciudad de Quito. Dio las pruebas teóricas, físicas y aprobó el curso que duró tres meses.

Nuevamente, desde la Dirección General de Personal (DGP) fue enviado a Cuenca, donde ingresó a la Unidad de Criminalística de esta jurisdicción. Fue parte de la sección de Inspección Ocular Técnica.

Homenaje

En el auditorio de la Subzona se levantó una capilla ardiente, donde varios compañeros policías y autoridades colocaron arreglos florales como muestra de gratitud y solidaridad con la familia.

Durante el ingreso del féretro, como muestra de duelo, las banderas fueron izadas hasta la mitad. El cuerpo fue trasladado en hombros hacia el auditorio donde familiares, compañeros y amigos le dieron el último adiós.

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“La Institución está de luto, hemos perdido un servidor y sobre todo a una gran persona joven, con mucho futuro por delante. Mis condolencias con toda la familia, pido al todopoderoso dar resignación y paz a sus corazones”, expresó el coronel Rubén Reyes, comandante provincial.

La misa fue celebrada por el párroco Francisco Cabrera. Varios uniformados de diferentes unidades participaron del acto religioso. El mayor Fernando Aguilar, jefe de Criminalística de Azuay, expresó un agradecimiento público por acompañar en estos momentos de dolor para la Institución. Recalcó que el uniformado pereció cumpliendo el trabajo encomendado y pidió fortaleza a sus allegados para solventar la pérdida.

Posterior, el cuerpo fue trasladado hacia la ciudad de Loja, donde en un acto familiar e interno le darán sepultura. Redacción Azuay.

Fotografías:


 

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