La Unidad Antisecuestro y Extorsión, UNASE en trabajo conjunto con la Fiscalía General y la Policía Nacional de Colombia rescataron en forma espectacular al ciudadano ecuatoriano Gustavo Ernesto Villarreal Argoti, quien fuera secuestrado el 14 de septiembre pasado de una finca de su propiedad , ubicada en la provincia del Carchi, sector de Tufiño.
El Ministro del Interior, José Serrano señaló que el operativo permitió cumplir con las condiciones de seguridad necesarias para cumplir con los objetivos de rescatar al ciudadano Villarreal, detener al cabecilla de la banda y desarticularla, además de no realizar ningún desembolso de dinero, como exigían los delincuentes.
Este operativo se suma a los 21 operativos de rescate que se han realizado con la UNASE para la liberación de plagiados, explicó que en la Fiscalía se han presentado 22 denuncias y esos 22 casos de secuestros se han solucionado con éxito, durante este año, manifestó el Ministro del Interior.
Nos alegra tener estas unidades que combaten estos delitos y que cumplen a cabalidad con su trabajo. Como gobierno y como policía el plagio debe ser considerado como un delito igual como el asesinato o el homicidio agravado; es inadmisible que individuos inescrupulosos pretendan retener por la fuerza a ciudadanos para obtener dinero. El ministro Serrano descartó tajantemente que este tipo de delitos hayan sido cometidos por grupos irregulares de Colombia, son delincuentes comunes y continuarán las investigaciones para identificar a cómplices y encubridores de estos crímenes.
El liberado Gustavo Villarreal en sus primeras palabras, luego de 36 días de haber estado secuestrado, agradeció al ministerio del Interior, al gobierno nacional, a las policías de Ecuador y Colombia y a todos quienes participaron en su rescate en Colombia.
» Yo jamás me imaginé que iban a entrar a rescatarme porque el lugar donde estaba era inaccesible, y gracias a Dios se dio el operativo y aquí estamos, muchas gracias», dijo emocionado Gustavo Villarreal. Sus familiares y amigos tuvieron un reencuentro feliz, emotivo, un abrazo ruidoso acompañado de lágrimas y risas por tener a su hijo, padre, esposo y amigo de vuelta a su casa.
El día del secuestro, 14 de septiembre de 2012, aproximadamente a las 11h30, tres sujetos colombianos fuertemente armados con fusiles y subametralladoras, irrumpieron en la hacienda, sometieron al padre de la víctima y a cuatro personas, e inmediatamente sujetaron a Villarreal, para llevárselo con rumbo desconocido.
Por las investigaciones se pudo conocer que los secuestradores llegaron hasta el río Carchi, frontera con Colombia. El 17 de septiembre, tres días después del rapto, los familiares recibieron una primera comunicación telefónica exigiendo la cantidad de 500 millones de pesos, unos doscientos ochenta mil dólares, y varios medicamentos, a cambio de la liberación de la víctima.
La segunda llamada telefónica realizada desde un número de teléfono colombiano exigió que una persona se traslade con el dinero a Colombia; los secuestradores hablan con la esposa e hijos, pero la familia de Villarreal delega a un familiar cercano para las negociaciones respectivas. Los allegados de Villarreal solicitan que se les dé pruebas concretas de que son ellos los que tienen en su poder al secuestrado, situación que aceptan los plagiadores.
Días después, el responsable de las negociaciones por parte de la familia devuelve la llamada a uno de los secuestradores y presunto líder de la banda, que tenía el alias de «Alfredo», donde se empieza a definir la entrega del rehén. El cabecilla «Alfredo», le pide a la esposa del secuestrado que prepare una medicina para eliminar las dolencias de las rodillas de Gustavo Villarreal.
Posteriormente «ALFREDO», delincuente negociador, indica que una persona de confianza traslade 30 millones de pesos hacia la ciudad de Ipiales y de allí hacia la zona de Barbacoas.
Previo a ello, se solicita una prueba de vida, aspecto al que acceden los malhechores, pero advirtiendo que será la última que proporcionen.
Con estos antecedentes, las policías y las fiscalías de Ecuador y Colombia con la ayuda de grupos especializados, la Unase y y la Dirección antisecuestros y extorsión de Colombia, ubican el lugar donde está presuntamente el secuestrado Villarreal; el 20 de octubre, en el sector llamado Nuevo Mundo a 15 kilómetros del Cerro Cumbal, ubicado en la costa del Pacífico y tras 18 horas de caminata, se realiza el operativo policial que ingresa a rescatar al ciudadano carchense retenido por la fuerza.
Por su lado el Comandante General de Policía, Rodrigo Suárez mencionó que este operativo se lo realizó en forma exacta y precisa y no se disparó ni un solo tiro, que no hubo un derramamiento de sangre, lo que demuestra que la policía nacional está preparada para este tipo de hechos.
Esta es la nueva policía y los ciudadanos deben confiar en ella, afirmó el alto oficial.
Posteriormente a los miembros de la familia Villarreal, se les previno sobre las medidas de seguridad que deben adoptar en este tipo de execrables delitos, así como también se les asesoró en el supuesto que reciban futuras comunicaciones sobre plagios o secuestros.
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