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UER agasaja a niños pacientes de hipoterapia, en Cuenca



Cuenca.- Una gran fiesta vivieron los niños y niñas que reciben el servicio de hipoterapia, de la Unidad de Equitación y Remonta (UER) de la Policía Nacional, en el Azuay. El agasajo fue por motivo navideño y unión de las familias, policías y fundaciones que trabajan junto a niños con capacidades diferentes.

Niños y adultos disfrutaron de las actividades preparadas por la UER, como la llegada de Papá Noel y sus súper amigos, que con sus ocurrencias divirtieron a los asistentes. La música formó parte del programa, lo que motivó a los niños a bailar y cantar con el coro musical de la fundación de Girón.

El capitán Henry Mendoza, jefe de la UER en Azuay, comentó que cada año la unidad celebra la Navidad con los niños y adolescentes que son parte de las terapias. Con estos eventos, existe mayor integración y motivación a los beneficiados a continuar con el servicio de hipoterapia.

“Es la unión de un trabajo diario de los profesores con el personal policial, para que los niños disfruten y mejore su relación con la sociedad, por ello planificamos con mucho detalle este homenaje”, indicó Mendoza.

La docente Miriam Maldonado, representante de los niños, agradeció el apoyo incondicional de la Policía por medio de la hipoterapia y los programas de integración que la institución desarrolla en beneficio de este sector de la población.

“Con estas actividades, hoy dibujamos una sonrisa en los pequeños y seguiremos cada año motivándolos a su desarrollo. Gracias por el servicio brindado y por lo que seguirán apoyándonos”, señaló.

Homenaje

Más de 30 niños recibieron sorpresas y sus fundas con caramelos, como parte tradicional de la Navidad. La emoción de tener un juguete entre sus manos y dulces en sus bocas robó sonrisas de las autoridades como la del coronel Víctor Baquero, jefe de la Zona 6. “Es bueno saber que estos niños confían en nosotros, estaremos al servicio de ellos y con todo el apoyo que requieran”.

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Johanna Mendoza, madre de familia, manifestó que en este año su hijo mejoró en su lenguaje y motricidad con las hipoterapias. “Voy a seguir con mi hijo asistiendo a la UER, porque es una gran ayuda, y más ahora al ver que se interesan por el bienestar de los niños. Antes solo los veía como personas serias que vigilan, ahora veo a seres humanos que divierten a los niños”, acotó la mujer. /Redacción Azuay.

Fotografías:


 

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