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Un sargento que promueve y enseña sobre Derechos Humanos para el Buen Vivir

Manta.- El respeto y la garantía de los Derechos Humanos es lo que a diario fomenta el sargento segundo José García, a través de la constancia y perseverancia, aspira que en la sociedad se fomente el Buen Vivir.

El sargento es instructor de Derechos Humanos de la Dirección Nacional de Educación de la Policía Nacional y labora actualmente en la Unidad de Vigilancia Comunitaria (UVC) Manta. En la semana, es común verlo al frente de un grupo de uniformados, ofreciendo charlas sobre los derechos, en donde resalta que tanto la ciudadanía como ellos mismos merecen respeto.

La disciplina, es algo que lo caracteriza y para ser instructor trata de reflejar esos aspectos, con la finalidad de enseñar con el ejemplo.

Una casualidad

Formar parte de la Policía Nacional es para García, un privilegio, aunque su ingreso a las filas policiales fue, como dice de casualidad, cuando culminaba sus pasantías en la Institución.

En 1999, realizaba las pasantías en la Comandancia General como analista en Sistemas. “Allí me ofrecieron la oportunidad de ser policía, ingresé y el 15 de enero del 2000 fui dado de alta como miembro de esta noble Institución. En ese entonces yo tenía ya un título de contador”, aseguró.

En su inclusión a la Policía Nacional, mientras laboraba en la oficina de despacho de la comandancia, tuvo su casi primer llamado de atención y fue precisamente su padre, quien lo salvó.

“Mi padre es policía y en mi primer día me vestí con el uniforme A 4 pero en lugar de ponerme medias negras, me puse blancas. Mi papá me llamó y me dijo que podría recibir mi primera sanción si seguía con esas medias, así que me tuve que cambiar. Me salvé aquella vez”, recordó. Su padre es sargento primero y actualmente labora en la Dirección Nacional Antinarcóticos, en Quito.

Junto a su padre, nunca ha trabajado en la misma unidad, lo más próximo fue cuando su papá laboraba en la Comandancia y él en la Dirección Nacional Financiera.

Exfutbolista

Antes de estar en la Policía Nacional, García tuvo un paso por el fútbol profesional, donde militó en las categorías inferiores de la Espoli, desde la Sub-12 a la Sub-15. Allí jugaba como marcador izquierdo. Se alejó del deporte a falta de mejores oportunidades. Actualmente le gusta mirar el fútbol por televisión y apoyar a Liga de Quito, del cual es hincha.

Experiencia policial

En la Policía Nacional ha ganado mucha experiencia en todo sentido. Afirmó que en una ocasión tuvieron que perseguir a un vehículo con pasajeros sospechosos. Cuando el automotor se detuvo, el patrullero paró la marcha a unos cinco metros de distancia.

García se bajó del vehículo a enfrentar la situación y los sujetos comenzaron a disparar. Era la primera vez que el uniformado salía a un procedimiento como ese.

“Me quedé detrás del carro y un compañero me dijo que siempre debo preservar mi seguridad. Yo no podía salir de esa impresión, de ver balas que pasaban de lado a lado y por suerte ninguna me impactó. Mi compañero tuvo que darme una cachetada para que reaccionara. Así aprendí que la seguridad de uno es primero, que no somos superhéroes”, dijo.

Ser parte del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) es algo que ayudó al sargento a manejar de mejor manera ese tipo de procedimientos. Lo que ha aprendido lo aplica en la enseñanza de Derechos Humanos, donde explica sobre el correcto manejo del arma y en qué momento debe ser utilizada, lo que se denomina uso progresivo de la fuerza.

García ha tenido otras experiencias en la Policía Nacional, laborando como guardia, cajero y en control de carreteras.

Fortalecer conocimientos

En la actualidad, el instructor quiere fortalecer sus conocimientos en Derechos Humanos y si es posible, alcanzar una beca internacional y llegar a conocer sobre la Corte Norteamericana de Derechos Humanos.
Dentro y fuera de su trabajo, algo que no se le escapa al sargento García es la disciplina. “Soy extremadamente disciplinado y ordenado, tengo arregladas mis cosas por colores, soy capaz de medir las cosas de un extremo a otro, para ver si están separadas en la misma dimensión. Creo que eso lo aprendí de mi padre, él es lojano. Me gusta vestir impecable”, contó.

El sargento segundo posee el 30 % de discapacidad física, luego de padecer artritis sufrió un problema en la cadera izquierda. Eso le sucedió en el 2002, duró cinco años su recuperación y hasta hoy continúa el proceso.

“Recuerdo que un día salía de la ducha y no pude caminar más, estuve en cama y tardé mucho tiempo para volver a caminar como ahora. Pero esto no es impedimento para realizar bien mis labores”, expresó.

El anhelo del sargento es que tanto los miembros de la Policía Nacional, como la ciudadanía, tengan como prioridad el saber que la paz se consigue con la práctica de los Derechos Humanos. Redacción GV/Manabí.

Fotografías:


 

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